Cuando la vida de una persona corre peligro, huir para sobrevivir es siempre lo primero. Cientos de niños y niñas cruzan solos las fronteras cada día huyendo de la violencia. La separación es una experiencia tremendamente dolorosa para muchas familias, que pueden pasarse años sin verse o quizá, no volver a encontrarse nunca.
En el país de acogida, la mejor opción de muchas familias separadas por la guerra, será la reunificación familiar: reencontrarse con sus seres queridos y vivir juntos en un país seguro.
Separar a los miembros de una familia puede tener consecuencias devastadoras en su bienestar. A través de la reunificación familiar, quienes han huido de persecuciones y violaciones de derechos humanos podrán recuperar la normalidad.
La reunificación familiar es uno de sus principios de protección de ACNUR para garantizar el derecho de los refugiados a una vida en familia tras la huida. Se trata de un derecho reconocido en la Convención de Ginebra y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que reconocen a la familia como unidad fundamental de la sociedad.
Ante la imposibilidad de poder regresar de forma segura a sus países de origen es preciso que el Estado que les reconoce la protección establezca medidas que garanticen la unidad familiar de la persona refugiada brindándole la posibilidad de reunir a los miembros de su familia en el país de acogida.
La reunificación familiar se fundamenta en el derecho a la unidad familiar, protegido por el derecho internacional y normativas regionales, y representa una obligación legal para los Estados, quienes deben establecer marcos jurídicos que faciliten este proceso, especialmente para personas refugiadas. La reunificación bien gestionada crea vías seguras y regulares que reducen los riesgos de desplazamientos peligrosos y el aprovechamiento por parte de redes de tráfico. Además, fortalece la integración social, promueve la autosuficiencia y contribuye a la recuperación emocional de quienes han sufrido la separación forzada por conflictos.
Para que la persona pueda solicitar la reunificación familiar, debe haber iniciado el procedimiento para ser reconocida como refugiada o haber recibido protección complementaria de algún Estado. Además, los familiares de la persona que lo solicite también deben necesitar protección internacional.
De él se benefician las personas que están dentro de la unidad familiar (cónyuge, padres o hijos) del refugiado asilado en España u otro país.
Los Estados tienen la responsabilidad de proteger y de restaurar la vida familiar de las personas refugiadas mediante procedimientos de reunificación familiar. Es decir que la responsabilidad de reunificar a las familias refugiadas recae, principalmente, en los Estados, ya que son estos los que gestionan el procedimiento en consonancia con su marco jurídico.
Aunque la responsabilidad de la reunificación familiar recae sobre los estados, ACNUR, ayuda a salvaguardar el derecho fundamental de las personas refugiadas a la unidad familiar a través de diversas acciones:
A pesar de los esfuerzos por facilitar la reunificación familiar, puede haber barreras prácticas, jurídicas y financieras que lo obstaculicen:
Mahmoud Suji es un refugiado rohingya que, gracias al programa de reagrupación familiar, consiguió reunirse con su esposa Mariam y sus dos hijos, Maher y Mahdi. La familia Suji, miembros de la minoría apátrida rohingya, se reunió en Grecia, donde Mahmoud fue reconocido como refugiado, tras años de separación. Huyendo de la persecución en Myanmar, Mahmoud buscó seguridad en Grecia en 2017 y solicitó la reunificación familiar una vez que obtuvo el estatuto de refugiado en 2019. Sin embargo, no podía imaginar que tardaría cinco años en recibir una decisión positiva que permitiera a su familia reunirse con él en Grecia.
Durante todo el largo proceso de asilo y reagrupación familiar, Mahmoud contó con el apoyo del Consejo Griego para los Refugiados (GCR), que aplica un programa de asistencia jurídica, en colaboración con ACNUR. Y es que la familia Suji tuvo muchos obstáculos debido a su condición de apátridas. El Sr. Suji tuvo que presentar documentos de viaje para su familia, que nunca habían tenido y no podían obtener debido a su estatus. Garantizar un resultado positivo para la reunificación familiar en Grecia requirió un prolongado esfuerzo jurídico por parte de los abogados del Consejo Griego para los Refugiados, que apoyaron su caso en el contexto de un programa de asistencia jurídica gestionado en colaboración con ACNUR. Sin embargo, la reunificación familiar de Suji fue un esfuerzo colectivo, que también contó con el importante apoyo del Comité Internacional de la Cruz Roja y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que ayudaron a la esposa e hijos del Sr. Suji a obtener permiso para salir de Bangladesh y viajar.
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