Del 30 de junio al 3 de julio, Sevilla se ha convertido en el centro del diálogo mundial sobre financiación del desarrollo sostenible durante la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo. La cita ha reunido a cerca de 60 líderes mundiales, más de 150 naciones y alrededor de 15.000 delegados, instituciones financieras y la sociedad civil en un momento marcado por la ralentización económica, el aumento de las desigualdades y una creciente desconfianza internacional.
En el marco del evento, los líderes asistentes aprobaron por consenso el Compromiso de Sevilla, un documento clave que busca reimpulsar la financiación global al desarrollo, restaurar la justicia y acelerar el cumplimiento de la Agenda 2030. Pese a la ausencia de Estados Unidos, el acuerdo fue descrito por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, como una "promesa global" a los países más desfavorecidos.
En su discurso durante la sesión inaugural de la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, Guterres señaló: “La financiación es el motor del desarrollo y, en este momento, este motor está fallando”. Ante un mundo sacudido por las desigualdades, el caos climático y los conflictos, Guterres alertó sobre una brecha de financiación de 4 billones de dólares que amenaza la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
«Estamos aquí en Sevilla para cambiar el rumbo. Para reparar y reactivar el motor del desarrollo y acelerar la inversión a la escala y velocidad necesarias»
António Guterres, secretario general de Naciones Unidas.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, presentó tres áreas prioritarias de actuación:
Guterres explicó que la actual crisis de estancamiento en el desarrollo es una crisis de personas que deja a familias hambrientas, a los niños sin vacunar y a las niñas excluidas de la educación. “Esta conferencia no se trata de caridad. Se trata de restaurar la justicia y facilitar que todas las personas puedan vivir con dignidad”, afirmó.
“Nuestra promesa global de transformar nuestro mundo para un futuro mejor y más justo, está en peligro. Esta conferencia no se trata de dinero: se trata de inversiones en el futuro que deseamos construir juntos”.
António Guterres, secretario general de Naciones Unidas.
Tanto el rey Felipe VI como el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reiteraron la necesidad de fortalecer el multilateralismo y la cooperación internacional. “Nuestro momento es ahora y nuestro lugar está aquí”, afirmó Sánchez, quien urgió a elegir “la ambición sobre la parálisis y la solidaridad sobre la indiferencia y el coraje sobre la conveniencia”.
Li Junhua, secretario general de la conferencia y responsable del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU recalcó que “Sevilla no es un punto final, es una plataforma de lanzamiento para una nueva era de implementación, rendición de cuentas y solidaridad”. La Cumbre es clave para movilizar los recursos necesarios para construir un futuro justo, inclusivo y sostenible, en un marco de mucha presión y esfuerzo de Naciones Unidas.
Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la Organización Mundial del Comercio, defendió eximir a los países menos desarrollados y África en general de los aranceles punitivos y pidió reforzar la estabilidad del comercio mundial “para que podamos integrarlos mejor en el sistema de comercio mundial, no excluirlos más”.
Por su parte, Nigel Clarke, subdirector gerente del Fondo Monetario Internacional, instó a ampliar la base impositiva, mejorar la gestión financiera y avanzar en abordar la deuda de forma más sostenible. “Muchos países siguen luchando con altos costos de interés”, dijo.
Ajay Banga, presidente del Banco Mundial, subrayó que acabar con la pobreza requiere inversiones a una escala sin precedentes, y que el sector privado debe desempeñar un papel clave, ya que los gobiernos, las organizaciones filantrópicas y las instituciones no pueden cumplir todas las proyecciones o promesas
El presidente de la Asamblea General de la ONU, Philémon Yang, resumió el espíritu de la conferencia al afirmar que “necesitamos liderazgo para guiar al mundo hacia un futuro más brillante y próspero para todos, en todas partes”. El marco de Sevilla destacó, ofrece una nueva alianza global para una década crucial en la lucha contra la desigualdad, el caos climático y la pobreza.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ha hablado sobre la Cumbre de Sevilla y ha hecho hincapié en la necesidad de poner el foco en el desplazamiento forzado y en que el desarrollo no será posible si no atendemos primero las necesidades humanitarias más urgentes. Grandi ha señalado que el desplazamiento forzoso no deja de crecer, tal y como refleja el último informe sobre tendencias globales de ACNUR, que estima que, a finales de 2024, 123,2 millones de personas en en el mundo estaban desplazadas por la fuerza. Es decir, 1 de cada 67 personas vive desplazada (la mayoría mujeres y niñas), casi el doble que hace una década.
Además del sufrimiento que causa en las personas, el desplazamiento forzado tiene un impacto económico alto. Pese a los esfuerzos importantes de los países de acogida (teniendo en cuenta que el 73% de las personas refugiadas del mundo viven en países de renta media y baja) los fondos para responder a las crisis de desplazamiento no son suficientes, de hecho, no hacen más que disminuir. Para lograr un impacto real, según Grandi se debe priorizar lo siguiente:
Grandi señala que solo habrá progreso verdadero si va de la mano de la dignidad, la protección y el respeto a los derechos de todas las personas, incluidas aquellas que se han visto obligadas a huir de sus hogares.
"No se puede construir desarrollo sin cimentarlo sobre la única base capaz de sostenerlo a largo plazo: la paz."
Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.
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