Ese campamento alberga la mayor cantidad de refugiados del mundo –unos 460.000 somalíes – que han huido del conflicto y la sequía en su país.
El ACNUR, una de las pocas organizaciones internacionales que se mantienen en la zona, trabaja por mejorar la seguridad dentro del campamento después de que el domingo pasados dos líderes de los refugiados fueran asesinados por desconocidos.
El portavoz del ACNUR, Emmanuel Nyabera, afirmó que a pesar de esas medidas, la población aún está temerosa.
“Hay un clima de miedo no sólo entre los refugiados sino también entre los trabajadores humanitarios. Es por lo que ha pasado en el campamento y lo que sucede en Somalia, y las amenazas que han hecho diferentes grupos”, dijo Nyabera.
Hasta el momento no se han hecho arrestos, y se piensa que los responsables están asociados al grupo rebelde somalí Al-Shabaab.
Centro de Noticias de la ONU