Sudán del Sur es uno de los países más frágiles del mundo. Violencia, inseguridad alimentaria, efectos del cambio climático... hacen que el país viva en una crisis permanente. Pero ahora, la reanudación de la violencia está provocando desplazamientos internos y transfronterizos y la situación humanitaria está deteriorándose rápidamente.
Su fragilidad, inseguridad, los conflictos y la llegada de refugiados de su vecino Sudán, unido a las inundaciones y sequías, hacen que este país sea tremendamente vulnerable y necesite ayuda urgente.
2,3 millones
de personas refugiadas y solicitantes de asilo de Sudán del Sur.
1,9 millones
de personas desplazadas internos.
75 %
de la población necesita ayuda humanitaria.
Las tensiones entre el gobierno y las fuerzas de la oposición han ido en aumento desde octubre de 2024, cuando el presidente Salva Kiir anunció un aplazamiento de las elecciones presidenciales. Desde principios de marzo de 2025, la seguridad sigue siendo precaria en varias regiones de Sudán del Sur, especialmente en Alto Nilo y el estado de Jonglei, además de la grave situación humanitaria.
Desde la escalada de hostilidades en marzo y el deterioro general de la seguridad en todo el país, más de 135.000 personas huyeron a países vecinos en busca de seguridad, principalmente Sudán y Etiopía. Se estima que 198.000 personas permanecen desplazadas en los estados del Alto Nilo y Jonglei debido a la escalada de hostilidades.
En mayo, un ataque aéreo en Old Fangak, estado de Jonglei, destruyó el único centro médico importante que atendía a más de 40.000 personas, por lo que casi 30.000 se vieron obligadas a huir. Desgraciadamente, en la misma zona otro ataque aéreo cinco días después causó víctimas y desplazó a otras 16.000 personas, la mayoría mujeres y niños.
Una de las regiones más empobrecidas y remotas de Sudán del Sur es la del Alto Nilo. Además, tiene uno de los peores índices de desnutrición en un país donde el 75% de la población necesita ayuda humanitaria. Según el nuevo informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), 83.000 personas en Sudán del Sur sufren inseguridad alimentaria catastrófica, especialmente en las zonas afectadas por el conflicto del estado de Alto Nilo y el condado de Pibor, en el estado de Jonglei. Otros 218.000 niños sufren desnutrición aguda, lo que eleva el número total de niños menores de cinco años desnutridos a 2,3 millones, de los cuales más de 714.000 padecen desnutrición grave.
La gran mayoría de las personas refugiadas que acoge Sudán del Sur son sudaneses. Desde el inicio de la crisis de Sudán, más de un millón de personas han llegado a Sudán del Sur en busca de seguridad.
El conflicto en su país vecino también está teniendo consecuencias directas, ya que Sudán era la principal ruta de abastecimiento de la región, por lo que se ha cortado el flujo de alimentos y de otros bienes de primera necesidad desde allí. Esto ha provocado que los precios se hayan disparado en las últimas semanas.
Por otro lado, las personas refugiadas surdanesas que vivían en Sudán se han visto obligadas a huir de nuevo de la violencia y regresar, en su mayoría, al estado de Unity en Sudán del Sur. Desgraciadamente lo que allí se han encontrado es que las inundaciones han arrasado con todo y de nuevo, deben buscar un lugar seguro para asentarse.
El cambio climático es una realidad que está presente en todas partes del mundo, pero no por igual. Lo que para algunos países pueden suponer un problema ambiental, para otros como Sudán del Sur, suponen un auténtico desafío para su propia supervivencia. En octubre de 2024 Sudán del Sur se vio terriblemente impactado por unas inundaciones que afectaron a 1,3 millones de personas y provocaron el desplazamiento de 327.000 personas, incluso en zonas que acogían a refugiados y retornados.
El volumen de las precipitaciones de los últimos cuatro años no tiene precedentes y no parece haber señales de que la situación vaya a mejorar. Aquellas lluvias sumergieron tierras de cultivo, casas y caminos. Estas inundaciones unidas a una situación ya de por sí frágil e inestable de Sudán del Sur, convierten a la población en extremadamente vulnerable.
Las inundaciones en el país afectan a un millón de personas cada año, convirtiéndolo en uno de los más frágiles e inseguros de África. En contraposición a esto, es alarmante ver cómo en otras partes del país, la sequía ha matado al ganado y ha interrumpido los ciclos de cultivo, lo que ha llevado a los pastores nómadas y las comunidades sedentarias a intentar subsistir con los medios existentes. Desgraciadamente, se espera que la situación empeore cuando se inicie la temporada de lluvias.
La comunidad científica tiene claro que el cambio climático volverá al mundo mucho más inestable, algo que ya está pasando en países como Sudán del Sur. Los efectos ya son una realidad y no podemos abandonarles ante esto.
Foto: © ACNUR/Andrew McConnell
“Están regresando a un país que es extremadamente frágil. Estamos muy preocupados por el impacto en las comunidades, particularmente en aquellas que ya están afectadas por el conflicto y el cambio climático”.
Juliette Murekeyisoni, representante adjunta de ACNUR en Sudán del Sur.