Y tú, ¿qué te llevarías si tuvieras que huir? Y tú, ¿qué te llevarías si tuvieras que huir?

Y tú, ¿qué te llevarías si tuvieras que huir?

10 de septiembre, 2018

Tiempo de lectura: 4 minutos

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El estallido de una bomba. El humo de una aldea en llamas. El ruido de una puerta derrumbándose. Patadas. Disparos. Y solo unos segundos para coger lo imprescindible y salir corriendo. Así comienza la historia de quienes han tenido que huir con poco más que lo puesto.

¿Qué te llevarías si tuvieras que huir? Las respuestas más sorprendentes fueron captadas en la serie de fotografías The Most Important Thing. Brian Sokol muestra los objetos que decidieron coger personas de distintos lugares del mundo antes de huir, quizás para siempre, de su hogar.

Hombre ciego con bastón

“Sin el bastón, habría gateado hasta Bangladesh”

Omar tiene 102 años y una ceguera que no le permite andar sin bastón. Después de presenciar brutales asesinatos, él y los demás habitantes de la aldea huyeron. Omar siguió el camino usando el bastón y escuchando las voces de sus compañeros, pero después de saltar del bote de un pescador, Omar se perdió en un bosque durante siete horas con el agua hasta el cuello. Ahora, llora cuando cuenta su desgarradora historia. Finalmente, encontró el camino hacia la costa, agotado después de la odisea. Dejar su aldea fue lo más difícil que ha hecho nunca, pero ahora está a salvo con su familia, feliz y en paz. "Si dejas de reír, morirás".

Heroina rescato a un bebé

Un bebé en medio de un arrozal

Cuando le preguntan a Nuras qué cogería si tuviera que huir, no tiene ninguna duda. Perseguida por las balas en Myanmar, con 25 años y cuatro hijos a sus espaldas, Nuras seguía corriendo cuando escuchó el llanto de un bebé que no era suyo. A su lado, dos cadáveres yacían sobre un arrozal y el pequeño agitaba los brazos.

“Quizás Alá me ha dado un regalo para protegernos en la huida”, pensó cuando cogió al pequeño en brazos. Durante todo el día, caminaron hasta llegar a la frontera de Bangladesh donde le esperaba su marido. Una vez allí, buscó a la familia del pequeño, pero nadie lo reclamaba. Decidieron llamarle Mohammed Hasan, en honor al nieto de su profeta Mahoma, y esperar a que un día se convierta en un hombre fuerte como él.

Refugiadas en Blanco y Negro

Huir con las manos vacías

Cuando las casas de los alrededores fueron quemadas, Noor salió corriendo hacia la oscuridad. No estaba sola, sus seis hijos pequeños le acompañaban: “Si morimos, moriremos juntos”, les dijo. A su alrededor, otros vecinos fueron disparados y asesinados.

De repente, sonó un fuerte estallido y Noor se dio la vuelta. Su hija Roshida, de siete años, yacía en el suelo. A cierta distancia estaba el pie de su hija y la mitad inferior de su pierna. Ella apenas conseguía levantarse cuando un suspiro escapó por su boca. Tardaron un mes en llegar a Bangladesh, de aldea en aldea. "La mayor pérdida que hemos sufrido es su pierna. Y el regalo más importante, el sonido de su voz".

Mi perro es lo mejor que tengo

El perro de Jamir

Shiraki apareció en la puerta de la pequeña tienda de la familia de Jamir. Había huido de Myanmar con un grupo de refugiados. Primero le olisqueó el pie y Jamir le tiró algo de comida.

El perro saltó para atraparlo y Jamir decidió llamarle Shikari, que significa “cazador”. Desde ese momento, se volvieron inseparables. Ahora, Shikari duerme en la puerta de su tienda y, si tuviera que huir, sería lo primero que se llevaría: “Si tengo un problema, a lo mejor nadie viene a ayudarme – pero Shiraki siempre vendría”.

El único universitario del pueblo

El único universitario del pueblo

Mohammed tiene 26 años y un título del que se siente orgulloso. Él es la única persona de su pueblo que estudió en la Universidad. Estaba a punto de conseguir una Licenciatura en Filología Inglesa cuando se prohibió que los rohingya acudieran a la Universidad en Myanmar.

Al volver al pueblo, encontró trabajo en una ONG y empleó sus energías en ayudar a la gente. Un día, el pueblo de al lado fue atacado y Mohammed no consiguió salvar la vida de un niño que había sido empapado en gasolina y prendido. Decidió que había llegado su momento de huir: cogió su certificado escolar, el portátil y una muda. Poco después, su pueblo fue quemado, las mujeres violadas y los hombres asesinados. “En Myanmar tenía una gran casa, agua limpia y un buen trabajo. Me gustaría volver, pero no lo haré si no nos reconocen como ciudadanos”.

Niña rohingya de 5 años

Un neceser de belleza para sentirse guapa

Esta niña de 5 años llamada Shahina huiría con su bolsa de tela llena de productos de belleza que le hacen sentirse bella. Cuando su madre, Nosina, vio llegar a cientos de miles de personas hasta Bangladesh se alegró de que su hija estuviera ya allí, segura junto a ella.

Nosina huyó con sus dos hijas pequeñas y Shahina nació ya en Bangladesh. Ahora, posa para la cámara mientras cuenta que le gustaría ser profesora de baile cuando crezca.

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