"El conflicto que se desarrolla en Yemen, y que este mes cumple cuatro años, es el responsable de la mayor catástrofe humanitaria del mundo actualmente. Casi toda la población está en necesidad de ayuda humanitaria y más de la mitad del país no tiene nada que comer.
Gracias a personas como tú, ACNUR puede llevar luz en forma de lámparas y otros materiales de emergencia, alimentos, y apoyo psicológico a cientos de miles de desplazados internos que lo han perdido todo y que han sido testigos del horror.
Además de toda esta ayuda, tu colaboración es una llamada de atención necesaria. Mientras no se habla de este conflicto, tú estás ahí preocupándote de las víctimas. Un acontecimiento extraordinario que, como sucede con la lámpara que esta niña agarra con tanta ilusión, tiene un gran valor. No es ni será un gesto en balde."
Francesco Sciacca, director general del Comité español de ACNUR
Yemen, uno de los países más pobres de Oriente Medio, está envuelto en un conflicto desde marzo de 2015. Desde entonces, se han producido más de tres millones de desplazamiento internos en el país, la inflación se ha disparado y la moneda nacional, el rial, ha perdido más de la mitad de su valor. Una crisis que afecta a la mayor parte de la población: el 75% se encuentra en necesidad de ayuda humanitaria y el 53% no tiene nada que comer.
La de Zain es una de las historias que nos hacen sonreír a pesar de que la guerra en Siria cumpla este mes ocho años. Huyó de Siria con su familia en 2012 y desde el año pasado viven en Noruega gracias a ACNUR. Entre tanto se refugiaron en Líbano y, sin buscarlo, Zain protagonizó la película Cafarnaúm.
Mientras la guerra en Siria no cesa, millones de personas dentro y fuera del país intentan sobrevivir. Sólo en Líbano y Jordania, donde hay cerca de dos millones de refugiados sirios, el 75% cuenta con menos de 2 euros al día. Zain pone rostro a este porcentaje y su papel en la película Cafarnaúm hace al espectador sentirlo en su propia piel.
Si en 2016 ACNUR consiguió llevar más de un millón de firmas a la Asamblea General de Naciones Unidas para pedir a los estados miembros una mejor protección y asistencia para la población refugiada, en 2019 quiere sumar 2.000 millones de km, los mismos que recorren cada año las personas que huyen de la violencia y la persecución, en un contador virtual de km a través de corredores, ciclistas y caminantes de todo el mundo.
El reconocido corredor de ultrafondo Valentí Sanjuan nos apoyará en la difusión de este reto. Correr es su modo de vida. Sabe lo que significa y se sufre recorriendo una larga distancia. Ahora pone su experiencia al servicio de la población desplazada.
Únete al reto en www.2000millones.org
Conseguir que un niño refugiado en estado de desnutrición se recupere es todo un éxito y el alivio de su familia, la mejor recompensa. La Obra Social ”la Caixa” apoya a ACNUR a través del proyecto MOM para que estos casos de éxito se cuenten por decenas. Ariadna Bardolet, directora de Programas Internacionales de la fundación, nos cuenta el porqué y el futuro de este proyecto.
Gracias a su compromiso de proteger a las personas que se ven forzadas a huir de sus hogares, la Diputación Foral de Bizkaia colabora con el Comité español de ACNUR desde 2003. “Colocamos a las personas en el centro de nuestras acciones, fijando la atención en las más vulnerables, entre ellas las desplazadas y refugiadas”, asegura María Guijarro Ceballos, directora de Igualdad y Diversidad de la Diputación Foral de Bizkaia.
En el verano de 2018, pusimos en marcha “Pueblos solidarios con ACNUR” con el objetivo de sensibilizar a los municipios españoles sobre la realidad de las personas refugiadas y fomentar la participación de los vecinos en su ayuda y protección. Más de 20 municipios facilitaron que sus habitantes participaran en eventos que recaudaron fondos para atender las emergencias en las que ACNUR trabaja en países como Siria, Yemen o Nigeria. En Teresa, un municipio de Castellón, aún recuerdan que sus abuelos tuvieron que huir y fueron acogidos en otros lugares hasta que pudieron regresar. Por eso, este verano, se movilizaron por los que hoy deben dejar sus pueblos atrás. Nos lo cuenta Silvia, socia del Comité español de ACNUR y vecina del municipio de Teresa.