
Carolina Moreno
¿Qué fue lo que te motivó a trabajar en el Comité español de ACNUR?
Entré a ACNUR con la firme idea de trabajar en algo en lo que creo y con la intención de colaborar de forma activa. Pero sin duda alguna, me quedé por el equipo humano, que a día de hoy aún me acompaña.
Actualmente, sigo trabajando en ACNUR por los motivos anteriores, pero también porqué he visto la luz en los ojos de tantos socios, que deciden dar un paso al frente para ayudar a los refugiados, que pienso que es importante seguir acercando la realidad de los refugiados y dar la oportunidad a personas que no la conocen de cambiar las vidas de muchos millones de personas.
En tu trabajo, ¿qué es lo que más disfrutas haciendo?
Lo que más me gusta de mi trabajo es el trato con las personas. Desde conocer a nuevas personas que quieren unirse a nuestra organización con ganas de cambiar el mundo, hasta la gestión con los coordinadores que están en las diferentes ciudades, perseverando para que podamos enviar la máxima ayuda posible a terreno.
Si pudieras pedir algo, ¿qué sería?
Pediría empatía.
Las personas a las que ayudamos son personas cómo nosotros, muchos tenían familia, amigos y un hogar. De la noche a la mañana perdieron todo, aun así, siguen levantándose cada mañana para salir adelante. ACNUR les ayuda, brindándoles herramientas para que lo consigan.