ACNUR celebra 75 años de compromiso con las personas refugiadas

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) conmemora su 75º aniversario en medio de uno de los mayores desafíos de su historia: garantizar protección y soluciones para millones de personas desplazadas en un contexto de crisis humanitaria y financiera global.

Creada en 1950 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para asistir a millones de europeos desplazados tras la Segunda Guerra Mundial, la organización nació con un mandato temporal de tres años. Sin embargo, los conflictos no cesaron y ACNUR se convirtió en un actor indispensable en la defensa de los derechos de quienes se ven forzados a huir.

El trabajo de ACNUR se ha ido transformando con el paso del tiempo. Lo que empezó siendo una respuesta centrada en la asistencia humanitaria básica tras la guerra, acabó convirtiéndose en una labor más completa que incluye la protección de derechos humanos, el fortalecimiento de los sistemas de asilo, la integración y la búsqueda de soluciones duraderas. Esas soluciones no son solo políticas sino también sociales, que permitan a las personas regresar a sus hogares de manera voluntaria y en condiciones seguras y dignas o, bien, reasentarse en terceros países.

Actualmente, ACNUR lidera los esfuerzos globales para garantizar que las personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas reciban protección, asistencia vital y soluciones duraderas.

En 75 años, ACNUR ha ayudado a más de 50 millones de personas a reconstruir sus vidas y actualmente brinda apoyo a 89,3 millones de desplazados en todo el mundo. Este desafío sigue creciendo, ya que los conflictos son cada vez más prolongados y complejos. Hoy más de 120 millones de personas están desplazadas por guerras, persecución y violencia, la cifra más alta jamás registrada. Con presencia en 136 países y un equipo de más de 18.800 trabajadores distribuidos por todo el planeta, la Agencia coordina esfuerzos con gobiernos, sociedad civil y sector privado para responder a esta emergencia global.

El 75º aniversario ha coincidido con la visita oficial a España de Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, quien concluye una década al frente de la organización. Durante su estancia, Grandi se reunió con el presidente Pedro Sánchez y otros altos cargos para abordar los retos humanitarios y el papel de España en la protección internacional. En reconocimiento a su trayectoria, recibió la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.

Grandi quiso reconocer la solidaridad de España, ya que es el primer donante individual de ACNUR a nivel mundial, y su compromiso con la acogida y la integración ha sido clave para fortalecer el sistema de asilo.

Grandi enfatizó: “Estamos ante un momento decisivo. Mientras millones de personas siguen huyendo de la guerra y la persecución, el compromiso colectivo se debilita: afrontamos una de las peores crisis de financiación de nuestra historia. Muchos de los avances de protección logrados en estas décadas están en riesgo. Pero aún podemos revertir este rumbo si el mundo renueva su solidaridad. Hoy, en mi último viaje a España como Alto Comisionado, quiero reconocer su compromiso: España es un ejemplo de solidaridad y sigue firme junto a las personas refugiadas”.

ACNUR advierte que, debido a recortes presupuestarios sin precedentes, hasta 11,6 millones de personas refugiadas y desplazadas podrían perder este año el acceso a asistencia humanitaria directa. Esta reducción afecta a un tercio de quienes recibieron apoyo en 2024 y se produce en un contexto marcado por el aumento del desplazamiento, la caída de la financiación y la falta de voluntad política, con mujeres y niños como los más perjudicados.

Los recortes, que ascienden a 1.400 millones de dólares, han obligado a suspender programas esenciales en salud, educación, vivienda y protección, dejando a miles de familias sin recursos básicos. En países como Chad, Sudán del Sur y Uganda, las personas refugiadas enfrentan desnutrición, falta de agua potable y riesgo de violencia, mientras que en Bangladesh la educación de 230.000 niños rohingya está en peligro. También se han reducido drásticamente los servicios de protección infantil, atención a víctimas de violencia de género y apoyo legal, lo que incrementa la vulnerabilidad de las comunidades desplazadas.

ACNUR señala que sus necesidades para 2025 ascienden a 10.600 millones de dólares, pero solo ha recibido el 23 % de los fondos requeridos. La organización hace un llamamiento urgente a gobiernos, instituciones y donantes privados para aumentar sus contribuciones y evitar que millones de personas queden sin ayuda vital. Si se obtiene financiación adicional, ACNUR asegura que cuenta con la capacidad y las alianzas necesarias para reanudar y ampliar rápidamente la asistencia.

Este 75º aniversario no es solo una fecha conmemorativa, es un recordatorio de que la protección de millones de personas depende de la solidaridad global y del respaldo financiero internacional. Por eso, las donaciones son vitales para sostener programas de salud, educación, vivienda y reasentamiento. Y ante la situación actual en la que los conflictos se prolongan y los desplazamientos aumentan, es esencial que ACNUR siga protegiendo y dando asistencia y esperanza a los millones de personas desplazadas a la fuerza en el mundo.

ACNUR invita a gobiernos, empresas y ciudadanos a renovar su compromiso y es que la ayuda no puede detenerse cuando más se necesita.