El conflicto que estalló en Sudán en abril de 2023, y que sigue actualmente en curso, ha desencadenado una de las mayores crisis humanitarias y de desplazamiento del mundo, forzando a casi 12 millones de personas a abandonar sus hogares. Más de 4 millones de personas han huido a países vecinos (incluyendo a la República Centroafricana, Chad, Egipto, Libia, Etiopía, Sudán del Sur y Uganda), y más de 7 millones de personas están desplazadas internamente en Sudán. Además, más de 800.000 personas refugiadas que vivían en Sudán se han visto obligadas a regresar a sus países de origen prematuramente.
Por su lado, Sudán del Sur arrastra años de inestabilidad y una profunda emergencia humanitaria, marcada por los conflictos, la inestabilidad económica y las crisis relacionadas con el clima, desde antes del estallido del conflicto en Sudán. Más de tres cuartas partes de la población necesita ayuda humanitaria. Este país se ha convertido en uno de los principales destinos de quienes huyen de la violencia, acogiendo actualmente a casi 600 mil personas refugiadas, además de casi 2 millones de personas desplazadas internamente y otros casi 2 millones de personas retornadas.
En este contexto, en el que las mujeres y las niñas son particularmente vulnerables ante los riesgos de protección, especialmente ante la violencia sexual y de género (VSG), la Xunta Galega ha contribuido con 84.000 euros para la respuesta integral de protección contra la violencia de género y la falta de acceso a recursos, desde un enfoque de construcción de la paz y cuidado ambiental.
Dicho proyecto se lleva a cabo en campos de personas refugiadas en la región de Jamjang, en la frontera norte de Sudán del Sur con Sudán, donde la presión sobre los servicios básicos es enorme y las mujeres y niñas se enfrentan a un creciente riesgo de violencia de género y a la falta de recursos esenciales. El proyecto busca reforzar la protección tanto de mujeres y niñas refugiadas como de las comunidades de acogida mediante una intervención integral, que incluye, entre otros: apoyo psicosocial y gestión de casos para 500 supervivientes de violencia sexual y de género; distribución de kits de dignidad a 500 mujeres y niñas; formación en habilidades para la vida para 160 adolescentes; y actividades de sensibilización comunitaria que alcanzarán a 20.000 personas, promoviendo entornos más seguros.
Gracias a esta iniciativa de la Xunta de Galicia, ACNUR da un paso más en la construcción de espacios protectores para quienes lo han perdido todo a causa del conflicto.