El campo de Kakuma tiene más de 25 años de vida, acoge a tantas personas como San Sebastián y ha pasado a la historia por ser el primero...
El continente africano no se caracteriza precisamente por su presencia mediática. Enfermedades endémicas, desafíos humanitarios, pobreza, corrupción, oportunidades de expolio y algún artista escapado copan...
Nuevamente, la Diputación de Huelva muestra su respaldo a la población refugiada y a la labor humanitaria y de protección desarrollada por ACNUR. Durante 2018, la Diputación...
Un estudio de ACNUR e IFC muestra cómo los refugiados ayudan a impulsar la economía del área del campo de Kakuma, en Kenia, donde más de 2.100 pequeñ...
Hacer que los niños y no tan niños de nuestro país se pongan en la piel de familias refugiadas por la guerra es un reto en todos...
Más de 200 millones de mujeres y niñas en el mundo han sufrido mutilación genital femenina. Asha Ismail, keniana, es una de ellas. El día de su “...
En la ciudad de Cox’s Bazar, en la costa oeste de Bangladesh cercana a la frontera, el campo de Kutupalong acoge a cientos de miles de refugiados rohingya. En...
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ,17 en total, son un conjunto de compromisos globales que adquieren la ONU y sus socios buscando erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar...
Volver a Empezar es el primer podcast del Comité Español de ACNUR, conducido y presentado por Molo Cebrián, creador de Entiende Tu Mente o Saliendo Del Círculo.
En esta nueva temporada de Volver a Empezar hablamos con mujeres que se han visto desplazadas por la fuerza, pero que no se dejan definir por estas circunstancias. Son mujeres incansables, que día a día superan la adversidad y la desigualdad y que además luchan por aquello en lo que creen: una vida digna para todas, para poder vivir en paz. Casi 60 millones de mujeres y niñas están desplazadas en todo el mundo, a ellas les dedicamos la novena temporada del Podcast del Comité español de ACNUR.
En la Temporada 8 de "Volver a empezar", el podcast del Comité español de ACNUR, nos preguntamos: ¿Puede el deporte convertirse en refugio? Para responder a esta pregunta hemos hablado con varias personas refugiadas que han tenido que huir de sus hogares, dejar su país y comenzar de cero en España. Personas a las que el deporte les ha salvado la vida. ¿Y cómo es posible esto? En muchas ocasiones lo es gracias a organizaciones, fundaciones y asociaciones que apuestan por el deporte como herramienta integradora de las personas refugiadas. Y es que el deporte integra, empodera, une, ayuda y puede convertirse en hogar, especialmente cuando el tuyo ha quedado muy lejos.
¿Te imaginas tener que abandonar tu país y empezar de cero para poder salvar tu vida? El protagonista de esta temporada tuvo que hacerlo: le llamaremos Juan. Por motivos de protección, prefiere no decir su nombre, ni de dónde viene, pero sí puede contarnos cómo ha logrado comenzar una nueva vida en un pequeño pueblo de la llamada España rural, ayudando a combatir el despoblamiento. Allí, donde muchos otros no quieren ir, Juan está construyendo un hogar seguro junto a su familia. Acompáñanos a conocer su historia en la séptima temporada del podcast del Comité español de ACNUR.
El cambio climático ha llegado para quedarse y marcar nuestro presente y nuestro futuro. Pero, ¿qué es exactamente? ¿Qué consecuencias tiene y cómo podemos luchar ante su avance? ¿Cómo afecta a las personas más vulnerables del planeta? En la temporada 6 de "Volver a empezar" resolvemos estas preguntas sobre el cambio climático hablando con expertos en el tema. Te esperamos.
Como no podía ser de otra manera, dedicamos la Temporada 5 de Volver a empezar a Ucrania. Queremos conocer de cerca cómo se vive en un país en guerra, cómo es huir de este conflicto y comenzar de cero en un lugar nuevo. Pero también vamos a mostrar qué labor está realizando Acnur en esta situación y cómo podemos ayudar cada uno de nosotros. Te esperamos.
Esta es la historia de una persona que gracias al boxeo tuvo una segunda oportunidad. No solo ella, sino también toda su familia.
Ella es Sadaf. Mujer, boxeadora, refugiada, valiente y luchadora. Nació en Afganistán, uno de los peores países del mundo para nacer mujer. Si quieres conocer su historia, ¡dale al play! y si te emociona tanto como a nosotros, comparte este podcast.
La tercera temporada de Volver a Empezar tiene nombre propio: Sergio Chekaloff. Una persona que ha pasado 74 años buscando el reconocimiento de una nacionalidad.
Su historia es la de millones de personas en todo el mundo que carecen de derechos políticos, jurídicos y sociales por el hecho de no ser considerados ciudadanos. Son apátridas.
En esta segunda temporada de Volver a Empezar conoceremos a Sergio, Gleici y Cristian. Ellos se vieron obligadas a abandonar sus países y que al llegar a España se toparon con una situación excepcional por la pandemia de COVID-19. A pesar de sus dificultades personales, y aún a riesgo de contagiarse, volvieron a armarse de valor para ayudar a quienes más lo necesitaban.
Befriending es la primera temporada de Volver a Empezar. En ella conoceremos la historia de tres mujeres valientes. Dos de ellas lo dejaron todo atrás en sus países para volver a empezar. Una vez en España, forjaron una amistad que les ha ayudado a salir adelante en el día a día.
Cerca de la mitad de refugiados y desplazados que hay en el mundo son mujeres y niñas. Ellas son dos veces víctimas. Mientras huyen de su hogar a causa de la guerra, de la persecución o de la violación de derechos humanos, pueden ser agredidas sexualmente, maltratadas o secuestradas. También cuando salen de los campos de refugiados o desplazados en busca de agua, alimentos o materiales como, por ejemplo, la leña para cocinar. Muchas de ellas están solas al frente de la familia tras perder a sus maridos en el conflicto o en la huida. La desintegración de la familia incrementa su vulnerabilidad ante la violencia, la intimidación y los abusos sexuales. Las mujeres refugiadas afrontan este día a día con valentía y coraje, con dignidad. Desde su humilde realidad, trabajan, forman a las nuevas generaciones y transmiten los valores de su cultura para que ésta no caiga en el olvido. Estas mujeres se caracterizan, además, por tener una gran capacidad de desarrollo cuando se les da acceso a la información y a las alternativas y propuestas de trabajo en los campos de refugiados. Persecución por motivos de género Las mujeres pueden ser perseguidas por los mismos motivos que los hombres. Sin embargo, muchas de ellas sufren persecución, violencia sexual o discriminación por su condición de mujer. Es el caso de las mujeres que son violadas durante un conflicto como arma de guerra o que son secuestradas para la explotación sexual. “Entraron en mi casa, le cortaron los brazos a mi hija de 17 años y se la llevaron. Los hombres que se quedaron me violaron, eran del ejército. Desde que me violaron no tuve acceso a atención sanitaria, no fui al hospital, estaba aislada, sentía mucho miedo y vergüenza, tuve que huir. Las mujeres refugiadas podemos formar parte de un programa de capacitación y eso me permite avanzar, reinsertarme en la comunidad”, explica esta mujer refugiada bajo el amparo de ACNUR en la República Democrática del Congo (RDC). En la mayoría de los casos, las víctimas son rechazadas por sus maridos tras la violación y los hijos nacidos son expulsados de la comunidad. Muchos de estos niños acaban malviviendo en prostíbulos o en situaciones de explotación. En el caso de las niñas violadas, éstas no pueden casarse; y una mujer sin marido no tiene lugar en la sociedad congoleña. ACNUR con las mujeres La Agencia de la ONU para los Refugiados estableció en 2001 sus cinco compromisos con las mujeres refugiadas: En esta línea, ACNUR desarrolla programas que garanticen su acceso a necesidades básicas, educación, empleo y propiedad de tierra, así como fomenta la igualdad entre mujeres y hombres. Además, la Agencia involucra a los hombres y niños en la lucha contra la violencia sexual y de género, un gesto esencial para alcanzar esa igualdad y lucha contra los abusos y violencia sexual y de género en todo el mundo. 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
El pasado lunes, el número de refugiados e inmigrantes en Grecia en necesidad de alojamiento se disparó a 24.000 personas, de las cuales, unas 8.500 se encontraban en Idomeni, junto a la frontera con la Antigua República Yugoslava de Macedonia. Al menos 1.500 habían pasado la noche anterior al raso. Las condiciones de hacinamiento están generando escasez de alimentos, refugio, agua e instalaciones de saneamiento. Hasta el momento, las autoridades griegas han respondido con el establecimiento de dos campamentos militares junto a Idomeni, con una capacidad proyectada de 12.500 plazas. Además, se está construyendo un tercer campo en las proximidades. Junto con sus socios, la Agencia de la ONU para los Refugiados continúa complementando los esfuerzos de Grecia. ACNUR ha proporcionado carpas, tiendas de campaña y unidades de alojamiento para refugiados, así como otros materiales de primera necesidad y personal adicional y especialistas, entre ellos personal de protección y equipo técnico. La Agencia ha advertido de que Europa se encuentra en la antesala de una crisis humanitaria de la que es en gran medida responsable. “Esto se debe a la rápida acumulación de personas en una Grecia que aún tiene muchas dificultades, con gobiernos que no trabajan conjuntamente a pesar de haber alcanzado ya acuerdos en una serie de aspectos y con un país tras otro imponiendo nuevas restricciones fronterizas. La incoherencia de las prácticas está provocando un sufrimiento innecesario y corre el riesgo de vulnerar las normas del derecho internacional y de la UE”, ha subrayado la Agencia de la ONU para los Refugiados. Durante los pasados meses de enero y febrero, más de 131.000 personas cruzaron el Mediterráneo, de las cuales 122.637 desembarcaron en Grecia. En este contexto, ACNUR ha instado a Grecia y a los Estados a lo largo de la ruta de los Balcanes a actuar rápidamente para prevenir una catástrofe, así como a abordar esta emergencia con un espíritu de solidaridad y de responsabilidad compartida.
En los tres próximos meses, ACNUR y UNICEF pondrán en marcha a lo largo de las rutas más frecuentadas por refugiados e inmigrantes en Europa un total de 20 ‘Puntos azules’ o centros de apoyo especiales para menores no acompañados y familias. Estos centros les proporcionarán seguridad, así como servicios esenciales, juegos, protección y asesoramiento en un solo espacio. En el caso particular de los menores no acompañados, los centros también tienen como objetivo identificar y ofrecer protección a niños y adolescentes que viajan solos y reunirlos con sus familiares en la medida de lo posible, siempre en función del interés superior del menor. Los menores no acompañados o separados de sus familiares, cada vez más numerosos, corren el riesgo de contraer enfermedades, sufrir traumas y convertirse en víctimas de violencia, explotación y trata de seres humanos. Actualmente, ya se encuentran operativos -o a punto de abrir- los primeros centros en Grecia, la Antigua República Yugoslava de Macedonia, Serbia, Croacia y Eslovenia. “Estamos preocupados por el bienestar de los niños y niñas no acompañados y desprotegidos en su recorrido por Europa, muchos de los cuales han vivido la guerra y han padecido dificultades al emprender estos viajes solos”, ha asegurado el Asistente del Alto Comisionado de ACNUR, Volker Türk. Los centros estarán ubicados en lugares estratégicos: en puntos de entrada y salida de fronteras, en centros de registro y en algunos centros urbanos estratégicos, así como a través de equipos móviles. Mujeres y niños, el 60% de las llegadas Los ‘Puntos Azules’ llegan en un momento en el que las mujeres y los niños representan dos tercios de las personas que están llegando a Europa: en febrero, han conformado cerca del 60% de las llegadas por mar, en comparación con el 27% en septiembre de 2015. La identificación de menores con necesidades específicas es un desafío. En algunos países, los viajeros jóvenes fingen ser adultos para evitar que les retengan o retrasen en sus viajes, exponiéndose al riesgo de ser explotados. Durante el pasado año, más de 90.000 menores no acompañados o separados fueron registrados y solicitaron asilo o fueron tutelados en Europa, la mayoría en Alemania y Suecia.