La mayoría de estos libros tienen algo en común: sus protagonistas eran demasiado jóvenes cuando las circunstancias les obligaron a marcharse de su país. El camino...
Este año, el Día de la Paz que se celebra el 21 de septiembre es especialmente importante para nosotros. En 2017, las Naciones Unidas apoyan a un colectivo que sufre...
El campo de Zaatari, en Jordania, es uno de los campos de refugiados más grandes del mundo y el que acoge al mayor número de refugiados sirios. Lo...
Cuando Europa mira hoy a los refugiados de países como Siria, parece haber olvidado su pasado más reciente. A mediados del siglo XX, los refugiados de la II...
Imagina que en vez de frases no pudieras ver más allá de un montón de símbolos. Imagina que no pudieras descifrar los letreros por la calle, escribir...
Las luchas alrededor de la ciudad de Tal Afar, en Irak, se intensifican, mientras ACNUR pide poner el foco en la protección de los civiles.
La historia de este refugiado palestino parece inspirada por los guionistas de la película La Terminal. El joven, de 27 años, pasó semanas trasladándose de aeropuerto en aeropuerto...
El desierto de Libia puede haberse convertido en una ruta más mortífera que la del Mediterráneo para refugiados y migrantes. Al noreste del desierto del Sáhara,...
Tener la posibilidad de volver al cole es un privilegio para muchos de los niños refugiados. En países como Uganda, que acoge 1 millón de refugiados que han...
Volver a Empezar es el primer podcast del Comité Español de ACNUR, conducido y presentado por Molo Cebrián, creador de Entiende Tu Mente o Saliendo Del Círculo.
En esta nueva temporada de Volver a Empezar hablamos con mujeres que se han visto desplazadas por la fuerza, pero que no se dejan definir por estas circunstancias. Son mujeres incansables, que día a día superan la adversidad y la desigualdad y que además luchan por aquello en lo que creen: una vida digna para todas, para poder vivir en paz. Casi 60 millones de mujeres y niñas están desplazadas en todo el mundo, a ellas les dedicamos la novena temporada del Podcast del Comité español de ACNUR.
En la Temporada 8 de "Volver a empezar", el podcast del Comité español de ACNUR, nos preguntamos: ¿Puede el deporte convertirse en refugio? Para responder a esta pregunta hemos hablado con varias personas refugiadas que han tenido que huir de sus hogares, dejar su país y comenzar de cero en España. Personas a las que el deporte les ha salvado la vida. ¿Y cómo es posible esto? En muchas ocasiones lo es gracias a organizaciones, fundaciones y asociaciones que apuestan por el deporte como herramienta integradora de las personas refugiadas. Y es que el deporte integra, empodera, une, ayuda y puede convertirse en hogar, especialmente cuando el tuyo ha quedado muy lejos.
¿Te imaginas tener que abandonar tu país y empezar de cero para poder salvar tu vida? El protagonista de esta temporada tuvo que hacerlo: le llamaremos Juan. Por motivos de protección, prefiere no decir su nombre, ni de dónde viene, pero sí puede contarnos cómo ha logrado comenzar una nueva vida en un pequeño pueblo de la llamada España rural, ayudando a combatir el despoblamiento. Allí, donde muchos otros no quieren ir, Juan está construyendo un hogar seguro junto a su familia. Acompáñanos a conocer su historia en la séptima temporada del podcast del Comité español de ACNUR.
El cambio climático ha llegado para quedarse y marcar nuestro presente y nuestro futuro. Pero, ¿qué es exactamente? ¿Qué consecuencias tiene y cómo podemos luchar ante su avance? ¿Cómo afecta a las personas más vulnerables del planeta? En la temporada 6 de "Volver a empezar" resolvemos estas preguntas sobre el cambio climático hablando con expertos en el tema. Te esperamos.
Como no podía ser de otra manera, dedicamos la Temporada 5 de Volver a empezar a Ucrania. Queremos conocer de cerca cómo se vive en un país en guerra, cómo es huir de este conflicto y comenzar de cero en un lugar nuevo. Pero también vamos a mostrar qué labor está realizando Acnur en esta situación y cómo podemos ayudar cada uno de nosotros. Te esperamos.
Esta es la historia de una persona que gracias al boxeo tuvo una segunda oportunidad. No solo ella, sino también toda su familia.
Ella es Sadaf. Mujer, boxeadora, refugiada, valiente y luchadora. Nació en Afganistán, uno de los peores países del mundo para nacer mujer. Si quieres conocer su historia, ¡dale al play! y si te emociona tanto como a nosotros, comparte este podcast.
La tercera temporada de Volver a Empezar tiene nombre propio: Sergio Chekaloff. Una persona que ha pasado 74 años buscando el reconocimiento de una nacionalidad.
Su historia es la de millones de personas en todo el mundo que carecen de derechos políticos, jurídicos y sociales por el hecho de no ser considerados ciudadanos. Son apátridas.
En esta segunda temporada de Volver a Empezar conoceremos a Sergio, Gleici y Cristian. Ellos se vieron obligadas a abandonar sus países y que al llegar a España se toparon con una situación excepcional por la pandemia de COVID-19. A pesar de sus dificultades personales, y aún a riesgo de contagiarse, volvieron a armarse de valor para ayudar a quienes más lo necesitaban.
Befriending es la primera temporada de Volver a Empezar. En ella conoceremos la historia de tres mujeres valientes. Dos de ellas lo dejaron todo atrás en sus países para volver a empezar. Una vez en España, forjaron una amistad que les ha ayudado a salir adelante en el día a día.
Angelina Jolie celebró la adopción de la resolución 2139 (2014), del Consejo de Seguridad de la ONU para impulsar la asistencia humanitaria en Siria, que describió como “un paso que debería haberse dado hace mucho tiempo, pero que va en la dirección correcta para los cientos de miles de hombres, mujeres y niños inocentes sirios atrapados en zonas de difícil acceso en toda Siria”. La Enviado Especial de ACNUR destacó la necesidad de que la resolución sea algo más que una declaración: “debe ponerse en marcha, y eso requiere voluntad política y valor. La unidad que ha mostrado el Consejo de Seguridad no debe ser un hecho aislado, sino el comienzo de una nueva fase para poner fin al conflicto”. Angelina Jolie se reunió con niñas y niños sirios huérfanos que huyeron al Líbano y que ahora viven en el valle de Bekaa. Hay 3.500 menores no acompañados o niños refugiados que se encuentran separados de sus familias, y que actualmente viven en el Líbano. Angelina Jolie declaró: “Conocer a estos niños y niñas ha sido una experiencia desgarradora. Han perdido a sus familias y su infancia ha sido secuestrada por la guerra. Son niños y sin embargo, están haciendo frente a su dura realidad como si fueran adultos”. El acceso a la educación es uno de los muchos desafíos a los que se enfrenta la población refugiada. Los refugiados sirios tienen grandes dificultades para tratar de mantener su hogar, pagar el alquiler y tener acceso al agua. La actriz conoció a un niño pequeño que le expresó su deseo de convertirse en médico cuando sea mayor. Sus hermanos se echaron a reír y le explicaron que él aún no es consciente de lo que le ha sucedido. “¿Cómo puede llegar a ser médico en una tienda de campaña vacía?”, le preguntaron. Durante su visita, Angelina Jolie destacó la contribución esencial que el Líbano está haciendo como país destinatario de la mayor parte de los refugiados de la crisis siria. Ahora que el número de refugiados registrados ronda el millón, el Líbano tiene la mayor concentración per cápita de refugiados de cualquier país en la historia reciente. Si Estados Unidos tuviera que acoger a un número comparable de refugiados en relación al tamaño de su población, estaría dando refugio a 75 millones de personas. La Enviada Especial analizó la crisis humanitaria con el presidente libanés Michel Suleiman y el primer ministro SalamTammam. También rindió homenaje al Líbano por estar recibiendo generosamente a los refugiados a pesar de sus propios problemas internos. “La generosidad y la solidaridad mostradas por el Líbano y por los libaneses con sus vecinos suponen un ejemplo para el resto del mundo, por las que deberíamos estarles agradecidos. Todos tenemos que ayudarles a soportar esta carga”, dijo Jolie. Esta es la tercera visita de Angelina Jolie al Líbano en nombre de la Agencia de la ONU para los Refugiados. La Enviada Especial de ACNUR estuvo por última vez en el país en septiembre de 2012.
La Agencia de la ONU para los Refugiados había pedido anteriormente a los Estados que ofrecieran soluciones para 30.000 de los refugiados sirios más vulnerables mediante el reasentamiento u otras formas de admisión antes de finales de 2014. Hasta la fecha, 20 países han ofrecido más de 18.800 plazas con este objetivo. ACNUR confía en que la cifra de 30.000 personas se alcance a finales de año mediante un significativo número de plazas por parte de Estados Unidos. ACNUR anticipa que, en los próximos años, habrá un número mayor de refugiados sirios vulnerables que necesitarán reasentamiento, reubicación u otras formas de admisión humanitaria. A la vista de las crecientes necesidades de la población refugiada siria, la meta de 30.000 plazas en 2014 constituye sólo el primer paso a la hora de garantizar soluciones para este grupo. Como parte de la respuesta de emergencia, ACNUR insta a los Estados a considerar una serie de soluciones que pueden proporcionar una protección urgente, segura y efectiva a estas personas. Estas soluciones podrían incluir el reasentamiento, la admisión humanitaria, o el apoyo para casos individuales. Los Estados también podrían ofrecer otro tipo de soluciones. Podrían desarrollar programas que permitieran a los refugiados sirios reunirse con sus familiares, u ofrecer becas para los estudiantes sirios con el fin de evitar una “generación perdida” de jóvenes. También podrían facilitar evacuaciones médicas para los refugiados con graves problemas de salud que requieren de tratamientos de emergencia. ACNUR pide a la comunidad internacional que siga ofreciendo soluciones duraderas para los refugiados sirios que más lo necesitan. Actualmente hay más de 2,4 millones de refugiados registrados en la región. En el Líbano hay unos 932.000, en Jordania 574.000, en Turquía alrededor de 613.000, en Irak unos 223.000 y en Egipto cerca de 134.000 refugiados.
Esta fuerte mujer está aterrada por lo que está sucediendo en la ciudad donde ha pasado la mayor parte de su vida, sobre todo por los civiles que están siendo objetivo de hombres armados en función de su confesión. “Bossangoa siempre ha sido una ciudad donde musulmanes y cristianos hemos convivido. Debería seguir siendo así”, subraya, añadiendo que si la continúa la violencia, “la ciudad se arriesga a perder su identidad, su alma”. Sus palabras significan mucho para una comunidad mixta en la que todos se están viendo afectados por un conflicto que ha dejado a casi 840.000 personas desplazadas dentro del país. Casi 1.000 ciudadanos musulmanes de la ciudad han huido de Bossangoa desde el pasado mes de diciembre, cuando los soldados antibalaka comenzaron a asesinar civiles según sus creencias religiosas. Estas personas han buscado refugio en otras zonas de la ciudad o en Chad, y los que siguen allí, unas 225 familias musulmanas en École Liberté, necesitan protección. Esta situación se repite en todo el país, donde pequeños grupos de personas siguen en sus hogares, a pesar del riesgo que eso conlleva para sus vidas, y donde decenas de miles de centroafricanos están huyendo. ACNUR está muy alarmado por la deteriorada situación humanitaria en la República Centroafricana y preocupado por el bienestar de los desplazados en Bossangoa. “Estamos aquí para escucharles, ser testigos de lo que ocurre y tomar acción abogando por soluciones”, dice Jean Maturim, un trabajador nacional de ACNUR, añadiendo que la Agencia de la ONU para los Refugiados ha estado visitando regularmente a los desplazados en École Liberté y en la Iglesia católica romana de Bossangoa desde comienzos de año, llevando un mensaje de reconciliación. Gracias a estos esfuerzos, ambas comunidades religiosas han solicitado llevar a cabo encuentros y talleres para ambas comunidades. Zenabou se ha sentido en su medio en estos concurridos encuentros, recordando a los participantes la larga tradición de armonía y coexistencia pacífica de las comunidades. Pero al finalizar una de las reuniones, Zenabou confiesa entre lágrimas al ACNUR sus temores y dice que se siente atrapada. “Como vosotros estáis aquí esos abrazos no pueden matarnos” advierte. Sus preocupaciones son reales. Los matones y las milicias antibalaka deambulan por las calles, a veces por delante de la escuela, y gritan amenazas a las familias que hay dentro. Las tropas internacionales de mantenimiento de la paz impiden que entren, así como la presencia de agencias como ACNUR y los Servicios Católicos de Ayuda, pero la situación es aterradora para los que están dentro de la escuela y también es un recordatorio diario de los peligros que acechan. “Estamos aquí como testigos de la comunidad internacional, que juega un papel esencial a la hora de reunir a estas personas, encontrar soluciones y evitar que conflictos como este empeoren”, explica Josep Zapater, un oficial de protección de ACNUR. En este sentido, los equipos de ACNUR sienten un profundo respeto por las comunidades que luchan por la convivencia, como la comunidad de École Liberté, sobre todo a Zenabou y su amor por la ciudad. Esta hija de un comerciante camerunés e inmigrante de Níger nació en Berbérati, en el suroeste de la República Centroafricana. Después se trasladó a Bossangoa, donde se casó a la edad de 13 años y tuvo que trabajar duro para mantener a sus hijos. Aunque la vida no ha sido fácil para ella, explica que ha sido feliz viviendo en Bossangoa: ha hecho muchos amigos y sus hijos son de allí. “Ellos son lo más importante para mí, por eso no quiero que tengan que desplazarse nunca más”, subraya. Zenabou fue desplazada en dos ocasiones antes: una vez en 2003, durante el golpe de estado que llevó al poder a François Bozizé, y después en marzo de 2013, cuando los seleka depusieron al presidente. En ambas ocasiones huyó a los bosques con vecinos cristianos. “Fue un momento terrible en la vida de mi familia; las fuertes amistades que teníamos con otros desplazados nos mantuvieron vivos”, recuerda. Esos lazos de amistad siguen siendo igual de fuertes, a pesar de la violencia que les rodea. Los amigos de Zenabou en Bossangoa, muchos de ellos cristianos, siguen siendo un pilar para ella. Una amiga suya, Marie, también huyó de su casa y buscó refugio en la iglesia. Como para Zenabou es demasiado peligroso abandonar la escuela, Marie le trae a ella y a sus hijos verduras frescas y fruta y se queda para charlar con ella. Aunque el poder de amistades como ésta reaviva la esperanza, algunos temen que sea ya demasiado tarde para Bossangoa y para la República Centroafricana, a menos que la comunidad internacional trabaje conjuntamente para restaurar la paz y una gobernanza efectiva. Pero Zenouba es una mujer que nunca se rinde. “Bossangoa es mi hogar”, dice, “y siempre lo será”.