La población sudanesa continúa huyendo al este de Chad. A pesar de la hospitalidad de las comunidades locales y el esfuerzo de organizaciones como ACNUR, los recursos son insuficientes para atender las crecientes necesidades de agua, salud y protección.
En este país, uno de los más pobres del mundo, ya hay 1,3 millones de personas refugiadas, 794.000 de las cuales proceden de Sudán. Aunque Chad sigue mostrando una notable solidaridad en la acogida de refugiados, no puede soportar esta carga por sí solo.
Por este motivo, la colaboración de las instituciones públicas como la Diputación de Sevilla supone un apoyo fundamental para garantizar la supervivencia y proteger los derechos tanto de las personas recién llegadas, como de la población refugiada que llegó al país hace dos décadas y de las comunidades que les acogen.
Una subvención de 30.000 euros concedida por la Diputación en la convocatoria de 2023, contribuyó, junto con otras, a que ACNUR habilitara durante el año pasado 28 puntos y fuentes de agua y más de 7.000 metros de tuberías en 8 de los campos que existen en el este del país. Gracias a ello, la cantidad de agua potable disponible para cada persona estuvo cercana a los 15 litros diarios, a pesar de que en algunos de ellos, la población prácticamente se duplicó.
Este año, una nueva subvención de igual cuantía concedida en la convocatoria de 2024 está fortaleciendo centros de salud en Djabal, Goz Amir, Keri y la zona de Abéché, proporcionando medicamentos, capacitando al personal sanitario y reforzando políticas preventivas, especialmente contra la desnutrición y la anemia en menores de cinco años.
Estas acciones nos recuerdan que la cooperación internacional es vital para aliviar el sufrimiento y proteger la dignidad humana.
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