Desde diciembre de 2023 ha habido un aumento de la violencia entre las milicias rebeldes y las fuerzas gubernamentales de Mozambique. Esta situación se ha recrudecido en las últimas semanas y ha provocado el desplazamiento de casi 110.000 personas en las regiones de Cabo Delgado y la vecina Nampula. Concretamente, en la región de Cabo Delgado, 99.000 personas se han desplazado hasta las localidades de Macomia, Chiúre y Mecufi. Respecto a Nampula, las autoridades del distrito de Erati estiman que al menos 46.000 desplazados internos han llegado a la localidad.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el 85% de las nuevas personas desplazadas son mujeres, niñas y niños. Los actos violentos han llevado a la destrucción de zonas residenciales y edificios religiosos y comunitarios, como escuelas y centros de salud.
Esto empeora la calamitosa situación en la que ya se encontraba el país por la violencia, la crisis climática y el hambre. Más de 3,3 millones de personas sufren inseguridad alimentaria en todo el país, de las cuales 1,2 se encuentran en Cabo Delgado y Nampula.
Foto: © ACNUR/Isadora Zoni
A todo esto se le une la tormenta tropical Filipo que ha dejado lluvias torrenciales y fuertes vientos en el centro y sur del país, el oeste de Madagascar y el norte de Esuatini. Parece que la tormenta ha desplazado a cientos de familias y miles de personas se encuentran en zonas de riesgo.
ACNUR está presente en Mozambique desde la década de 1980 y a día de hoy sigue trabajando de manera estrecha con las autoridades locales, socios humanitarios y comunidades de acogida para cubrir las necesidades urgentes de la población. Brinda protección, alojamiento y asistencia esencial a las personas que lo necesitan, especialmente a las más vulnerables como mujeres, menores o que precisan de asistencia específica.
Frente a esta última crisis, ACNUR y sus socios están proporcionando colchonetas, bidones, mantas, lámparas solares, utensilios de cocina o mosquiteras, entre otros artículos básicos de asistencia. La falta de financiación está dificultando la respuesta a esta crisis humanitaria. El programa operativo de ACNUR en el país para este año tan solo cuenta con el 12% de la financiación y las necesidades totales ascienden a los 49,3 millones de dólares.
Foto: © ACNUR/Isadora Zoni