La propagación de la mpox en África genera preocupación a nivel internacional, ya que hay más de 20.000 casos sospechosos en el continente. Esto puede tener un impacto devastador en las personas desplazadas y refugiadas que se encuentran en los campos. ACNUR está presente en las zonas afectadas y trabajan para contener el brote.
De momento hay 29.342 casos sospechosos notificados en 14 países países de África (hasta el 15 de septiembre de 2024). El 12 de septiembre, Marruecos notificó el primer caso de viruela símica del año en el norte de África. En cuando a la población refugiada, hasta la fecha se han notificado 140 casos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que la vacuna MVA-BN es ahora la primera vacuna contra la viruela símica en recibir la precalificación de la OMS, un mecanismo utilizado para evaluar la calidad, seguridad, eficacia e idoneidad de los productos médicos para su uso en países de ingresos bajos y medios. Se espera que la aprobación de la precalificación facilite el acceso a la vacuna en las comunidades más necesitadas, ayudando a reducir la transmisión y a contener el brote.
La viruela símica (mpox) es una enfermedad vírica causada por el virus de la viruela del mono. Respecto al contagio hay que tener en cuenta que el riesgo es alto y se produce a través del contacto físico con una persona enferma, por el contacto con materiales contaminados con el virus y por el contacto con animales infectados.
Según la OMS los síntomas más frecuentes son: erupción cutánea, lesiones en mucosas acompañadas de fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, de espalda, falta de energía y ganglios linfáticos inflamados.
La erupción se concentra en la cara, palmas de las manos y plantas de los pies. En ocasiones se presenta en la boca, genitales y ojos. La duración de los síntomas: entre dos y cuatro semanas.
La mpox es una variante endémica del Oeste y Centro de África. La nueva cepa del virus (clade 1b), presenta un porcentaje de mortalidad más alto y es la que se está expandiendo por otros países próximos desde el año 2022.
Desde enero de 2024 más de 20.000 casos registrados en unos 14 países africanos, aunque casi el 96% del total se detectaron en República Democrática del Congo (RDC), donde unas 600 personas han perdido la vida a causa de la enfermedad.
También se observa un aumento de casos en países vecinos como Burundi y Ruanda.
Según organizaciones en la zona, más de 8.700 niños han contraído la enfermedad en RDC y al menos 463 de ellos han fallecido.
ACNUR participa activamente en un grupo interinstitucional dirigido por la OMS que está ultimando directrices mundiales de salud pública para las poblaciones desplazadas que viven en campamentos y asentamientos. Esta iniciativa ayudará a las operaciones en los países a adaptar estrategias para prevenir la propagación de la enfermedad, combatir el estigma y proporcionar asesoramiento crítico de salud pública a las comunidades afectadas y al personal sanitario.
BURUNDI
REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (RDC)
COSTA DE MARFIL
NIGERIA
KENIA
RUANDA
REPÚBLICA DEL CONGO
UGANDA
ACNUR está supervisando y controlando la situación en toda la zona, compartiendo información y avisando en los campamentos, asentamientos y otras localizaciones donde se encuentran las personas refugiadas y solicitantes de asilo en los países afectados para que estén prevenidos y puedan tomar precauciones.
Se ha comprometido a ayudar a los países y comunidades para proteger a las personas desplazadas, para garantizar el acceso a la prevención y al tratamiento. Para ello, deben disponer de artículos básicos de higiene, instalaciones sanitarias y alimentos suficientes, así como información sobre la enfermedad. Están equipando las instalaciones de salud, reforzando la vigilancia y formando a voluntarios de salud refugiados.
En RDC, epicentro de esta epidemia, ACNUR está aumentando la capacidad del personal de salud pública y participando en mecanismos de coordinación en Kinshasa y Goma con el gobierno y los socios. También está trabajando con la OMS y el Ministerio de Sanidad para incluir a los refugiados en el plan de vacunación.
En los países de menor riesgo, ACNUR también está llevando a cabo medidas preventivas. En Chad, por ejemplo, se llegó a más de 14.500 personas, incluidas 10.653 mujeres y 5.513 adolescentes, a través de actividades de concienciación comunitaria. Se reforzaron las medidas de control de infecciones, incluido el lavado de manos, durante el registro y la distribución de alimentos.