El ciclón Chido devasta el norte de Mozambique y deja miles de personas afectadas

El ciclón tropical Chido azotó el norte de Mozambique durante el fin de semana del 14 de diciembre, causando lluvias torrenciales y vientos huracanados que devastaron comunidades en las provincias de Cabo Delgado, Nampula y Niassa. Miles de viviendas quedaron destruidas, carreteras e infraestructuras críticas sufrieron graves daños, y miles de personas se vieron obligadas a desplazarse. Estas áreas, que ya se enfrentaban a desafíos humanitarios debido a años de conflicto y desplazamientos forzados, ahora luchan por recuperarse de esta nueva catástrofe.

Desde el paso del ciclón el 15 de diciembre de 2024, la tormenta se desplazó a Malawi y se disipó en Zimbabue, pero sus efectos siguen sintiéndose en Mozambique. El número de damnificados sigue aumentando en las tres provincias afectadas, Cabo Delgado, Nampula y Niassa, a medida que los equipos de evaluación y respuesta acceden a más zonas. Las autoridades calculan que más de 329.000 personas se han visto afectadas. Aproximadamente 217.000 personas afectadas son de la provincia de Cabo Delgado, lo que agrava aún más la vulnerabilidad de los desplazados internos y de las comunidades de acogida, que siguen lidiando con el conflicto en curso.

Los daños en los refugios son graves, con 39.133 casas destruidas y 13.343 dañadas, lo que deja a muchas familias sin refugio ni artículos de primera necesidad y las expone a más riesgos de protección. Los daños en 49 instalaciones sanitarias han interrumpido la prestación de servicios, mientras que los daños en los sistemas de abastecimiento de agua han dejado a muchas comunidades sin acceso a agua limpia, aumentando el riesgo de brotes de enfermedades.

Años de conflicto e inestabilidad económica han dejado a las comunidades de esta región particularmente vulnerables. Para muchas familias desplazadas, el ciclón arrasó lo poco que habían logrado reconstruir, exacerbando aún más su complicada situación.

Foto: © ACNUR/Isadora Zoni.

ACNUR ha desplegado equipos de emergencia y ha comenzado a distribuir ayuda humanitaria. En las primeras 48 horas tras el impacto del ciclón, se proporcionaron artículos esenciales como mantas, colchonetas, mosquiteras y suministros de emergencia a más de 2.600 personas afectadas. Además, ACNUR trabaja en estrecha colaboración con el gobierno de Mozambique y otros socios humanitarios para garantizar la protección de las personas más vulnerables.

Antes del ciclón, ACNUR y sus socios habían preparado artículos de socorro de emergencia y habían ayudado al gobierno a difundir mensajes de preparación para desastres en todas las provincias afectadas a través de canales como la radio, la televisión y plataformas digitales. Esto ayudó a mitigar parte del impacto en las comunidades afectadas, especialmente a las personas más vulnerables.

Aunque algunos distritos de Nampula se vieron afectados, el campo de personas refugiadas de Maratane, donde viven más de 8.000 refugiados (principalmente de Burundi y República Democrática del Congo), apenas sufrieron daños. Esto demuestra que los recientes esfuerzos por construir viviendas resistentes al clima surtieron efecto.

Foto: © ACNUR/Isadora Zoni.

El ciclón Chido podría ser el inicio de una temporada de lluvias particularmente intensa y destructiva, que históricamente ha traído ciclones e inundaciones severas a la región. Estas condiciones amenazan con provocar nuevos desplazamientos y agravar la situación de las comunidades desplazada y de acogida que ya enfrentan enormes desafíos y que tienen mayor riesgo de sufrir nuevas pérdidas.

ACNUR ha destacado que los recursos disponibles para responder a esta emergencia se están agotando rápidamente, y se requerirá un aumento significativo en la asistencia humanitaria para abordar las crecientes necesidades en los próximos días.

Mozambique enfrenta un desafío monumental para reconstruir comunidades devastadas, mientras sus habitantes luchan por encontrar esperanza en medio de la adversidad. Una vez más, se demuestra que el impacto climático sigue afectando con mayor crudeza a las personas más vulnerables.