Guerra en Ucrania: la destrucción de una presa afecta a miles de personas

Ucrania vuelve a recibir otro revés en el conflicto con la destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka, en el sureste del país, la pasada madrugada del 6 de junio. Esta presa cruza el río Dnipro, situado en una zona a caballo entre la línea del frente y las zonas controladas por Rusia, que son inaccesibles a los agentes humanitarios para poder ejercer las labores de rescate y socorro.

La OCHA (Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios) ha informado de que al menos 16.000 personas se han visto afectadas, pero se estima que el número de damnificados podría ascender a cerca de 40.000. Hasta el momento, unas 2.200 personas han sido evacuadas u obligadas a abandonar las zonas controladas por el gobierno ucraniano, la mayoría utilizando vehículos privados y optando por permanecer en las zonas cercanas a las regiones de Kherson y Mykolaiv.

Se espera que las inundaciones duren alrededor de una semana y van a tener graves consecuencias humanitarias, entre ellas, la contaminación por minas y daños medioambientales que perdurarán mucho después de que el agua retroceda.

La rotura de la presa ha provocado inundaciones masivas que, según los primeros informes, han afectado al menos a 80 ciudades y pueblos, y han causado daños y destrucción en viviendas y otras infraestructuras civiles.

Gracias a la rápida respuesta de emergencia movilizada por la ONU y las diversas organizaciones humanitarias en las primeras 24 horas, se ha proporcionado asistencia inmediata a casi 2.000 personas que han sido evacuadas por el Gobierno de Ucrania y los socios humanitarios de ciudades y pueblos que ahora están bajo el agua.

Miles de personas carecen de acceso a agua potable, tal y como cuentan las autoridades nacionales. Muchos miles más están en zonas bajo control militar temporal de Rusa, a las que actualmente no tienen acceso las organizaciones humanitarias.

Tanto ACNUR como los organismos asociados, están llevando a cabo una evaluación de los daños para conocer la magnitud del impacto de las inundaciones. Sin embargo, el acceso a la zona sigue siendo extremadamente difícil debido a las extensas inundaciones y al grave riesgo de minas terrestres que están flotando en las zonas afectadas.

Aunque la presencia operativa de la ONU y ACNUR en Kherson es limitada debido a las condiciones de seguridad existentes y a la proximidad de la línea del frente, los socios locales sobre el terreno se están movilizando.

ACNUR y sus socios están distribuyendo artículos de primera necesidad, como kits de higiene, bidones, colchones, mantas y ropa de cama, con el apoyo de las autoridades ucranianas. Parte de estas existencias ya se han distribuido a las comunidades desplazadas y afectadas de las regiones de Mykolaiv y Odesa, y se están enviando más existencias a las regiones de Kherson y Dnipropetrovsk.

En Kherson y Mykolaiv, donde las personas evacuadas por las inundaciones están siendo puestas a salvo, los socios de ACNUR están proporcionando apoyo psicosocial, así como asesoramiento jurídico y asistencia en las estaciones de autobús y tren. Por otro lado, se están evaluando y preparando centros colectivos donde las personas evacuadas puedan recibir alojamiento temporal.

Este suceso ha vuelto a poner el foco en Ucrania, un país que lleva más de un año en guerra y donde persiste el sufrimiento y devastación. Muchas personas continúan temiendo por sus vidas mientras que las necesidades humanitarias dentro del país siguen creciendo.

La destrucción de la presa supone una crisis añadida y la población sigue necesitando la ayuda más que nunca. Esta guerra continúa y la población continúa perdiendo sus hogares, sus medios de subsistencia y a sus familiares y amigos.