La violencia ha sido el histórico y principal motivo de huida. Ahora también lo es el cambio climático. Una realidad que provoca desplazamientos internos, empeora las condiciones de vida de las personas refugiadas y genera conflictos. Unas consecuencias interconectadas en muchas ocasiones. Antes de que se declarara la pandemia de COVID-19, el cambio climático ya estaba definiendo la crisis de nuestro tiempo. La pandemia la ha silenciado, pero no la ha detenido.
La crisis climática afecta a muchos países que ya tienen conflictos internos, como Afganistán por la falta de seguridad y agua, Mozambique con ciclones y violencia, Somalia con una sequía devastadora o Bangladesh con grandes inundaciones.
Con motivo del Día Mundial del Refugiado, te pedimos tu firma para frenar el cambio climático. Por ello, nuestro deber es pararlo. Nuestro objetivo es presentar medio millón de firmas a la ONU el próximo mes de noviembre con motivo de la COP26 (Cumbre del Clima 2021). El cambio climático nos afecta a todos y, en especial, a las personas refugiadas porque no tienen recursos para defenderse. Esas personas por las que un día te uniste al Comité español de ACNUR.
El cambio climático es una crisis humana que provoca miles de desplazamientos dentro y fuera de las fronteras de los países afectados que, además, son los que menos recursos tienen para hacerle frente. En esta edición, hablamos del coste humano que supone el cambio climático.