El hambre es una de las múltiples consecuencias del clima extremo y también es la realidad que sufren millones de personas en el mundo. Inundaciones, sequías, incendios y tormentas están acabando con los medios de vida de comunidades enteras. La destrucción de las cosechas y la pérdida del ganado provoca escasez de alimentos.
Cuando lo has perdido todo, cuando el hambre llega, cuando estás al límite… no queda otra que dejarlo todo atrás en busca de seguridad, agua y comida. Las personas desplazadas y refugiadas son las más vulnerables al hambre y al resto de las consecuencias del clima extremo. Necesitan ayuda. Ayúdanos a paliar el hambre y el sufrimiento de millones de personas.
600 millones
de personas se prevé que sufran hambre en 2030 si no actuamos ahora.
+ de 45 millones
de menores sufren desnutrición aguda grave.
733 millones
de personas padecieron hambre crónica en 2023.
La inseguridad alimentaria y el desplazamiento forzado están estrechamente vinculados. Según un informe del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, nueve de cada diez de las peores crisis alimentarias del planeta se producen en países con el mayor número de desplazados internos. El 80 % de la población desplazada vive en países de ingresos bajos y medianos y con elevados niveles de inseguridad alimentaria.
Según el informe, la inseguridad alimentaria, especialmente cuando se combina con el conflicto, puede ser uno de los principales factores de desplazamiento.