Cuando llega el frío, una manta puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte para una persona refugiada. La crisis climática provoca temperaturas cada vez más extremas y la población refugiada es tremendamente vulnerable ante estos eventos climatológicos. La llegada del invierno provocará un mayor sufrimiento a estas personas que lo han perdido todo y luchan por sobrevivir.
Desgraciadamente, las catástrofes naturales son cada vez más frecuentes, intensas e impredecibles en todo el planeta. Tormentas, inundaciones, terremotos y por supuesto, temperaturas extremas que afectan especialmente a millones de personas desplazadas. Esta población es tremendamente vulnerable, ya que, viven en "puntos calientes" que son más susceptibles de sufrirlos y además, no disponen de lo necesario para adaptarse a ellos y, por tanto, se ven afectados de manera desproporcionada.
A medida que se acerque el invierno, países como Líbano, Siria, Afganistán, o Ucrania, que están sufriendo actualmente un conflicto que parece no tener un final cercano, además sufrirán las consecuencias del frío. Las familias desplazadas están expuestas a menudo al frío extremo y a la nieve, tanto en ciudades de gran altitud como en aldeas remotas.
A lo largo de los meses de invierno, el personal del ACNUR trabajará sin descanso para proporcionar ayuda urgente y apoyo humanitario a la población refugiada y desplazada, con el fin de ayudarles a sobrevivir a las duras condiciones de los largos meses de la estación más dura del año.
Y es que a medida que nos acercamos a los meses fríos, la ayuda financiera es más necesaria que nunca para proteger a las familias vulnerables de Siria, Líbano, Siria, Ucrania o Afganistán, entre otros, antes de que lleguen los duros meses de invierno.
Ahora es el momento de actuar. Este invierno, por favor, muestra tu solidaridad y colabora apoyando a la población refugiada y desplazada, sean quienes sean y huyan de donde huyan.