Más de 1,2 millones de personas desplazadas
Los ataques israelíes sobre Líbano que comenzaron el 23 de septiembre dejaron un panorama desolador. Las bombas dejaron miles de personas fallecidas y heridas y más de 1,3 millones de personas se vieron forzadas a abandonar sus hogares.
El 27 de noviembre en vigor un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Líbano. A pesar de este cese de los ataques, y que el nivel de violencia ha disminuido en el país, se han informado de violaciones de la tregua tras una serie de ataques de ambas partes.
El alto al fuego propició el retorno a sus hogares de más de 828.000 personas desplazadas. Este regreso no ha significado el fin de la crisis, ya que la población se enfrenta a grandes dificultades a la hora de acceder a servicios básicos como alimentos, agua, refugio o atención médica.
Hasta el 26 de noviembre, las autoridades sanitarias libanesas informan que 3.768 personas han muerto y 15.699 han resultado heridas. A pesar del alto el fuego, se han seguido produciendo algunos ataques, de hecho, el 2 de diciembre de 2024 fue el día más mortífero desde la entrada en vigor del acuerdo y en el que murieron nueve personas al sur del Líbano.
Los ataques dejaron un país dañado, que tiene mucho que reconstruir y con un sistema de salud gravemente afectado, con muchos centros sanitarios y hospitales cerrados. El sistema educativo también se ha visto dañado, no solo porque se retrasó el inicio del curso escolar sino también porque la mayoría de las escuelas públicas se reutilizaron como refugios colectivos. El 75% de los 978 refugios se encuentran en escuelas públicas.
En situaciones como esta, la ayuda humanitaria es esencial para mejorar, en la medida de lo posible, la vida de estas personas que se ven forzadas a huir en busca de un lugar seguro. ACNUR lleva presente en Líbano desde hace más de 60 años y ha seguido estando ahí desde que se intensificaron estos ataques.
Está proporcionando asistencia urgente y protección a los afectados, ya sean libaneses o refugiados, además de artículos básicos como agua, alimentos, mantas, bidones, colchones y por supuesto, refugio. Están presentes tanto dentro del país como en las fronteras y en los países vecinos que están recibiendo la llegada de las familias desplazadas como Siria o Irak.