Cuando una persona se convierte en refugiada, su red de seguridad y protección desaparece y, de un día para otro, necesita ayuda para salir adelante. ACNUR sabe cómo prestar asistencia, proteger y garantizar los derechos de las personas que huyen, pero sin financiación no puede hacerlo. La falta de fondos está poniendo en peligro el bienestar de millones de personas que huyen de emergencias invisibles. Para ellos, la ayuda periódica es vital porque les asegura un apoyo estable.
La niña de la foto proviene de la República Democrática del Congo (RDC), una de las emergencias más olvidadas e infrananciadas del mundo, según un informe de ACNUR que alerta sobre las consecuencias de la falta de financiación en muchas de las emergencias actuales. Como el de RDC, muchos de los conflictos y crisis que provocan desplamiento forzado están alejados del foco mediático. Nadie sabe que existen. Sin visibilidad es muy difícil conseguir financiación, y sin ella la ayuda humanitaria no llega a los que más la necesitan.
Las personas que tienen que huir lo hacen, a menudo, con lo puesto. La ayuda humanitaria que reciben les permite cubrir las necesidades más básicas, pero si no llega, las consecuencias pueden ser devastadoras. A menudo, esta ayuda es su único sustento.