Muchos jóvenes refugiados quieren seguir estudiando y cambiar su destino. Pero no tienen ni siquiera la oportunidad de hacerlo. Cuando tienes que dejar todo atrás, cuando el acceso a la educación es muy complicado, cuando sueñas con un futuro mejor, una beca puede ser la mejor oportunidad de tu vida.
Las becas DAFI de ACNUR ofrecen a las y los jóvenes refugiados la posibilidad de estudiar, aprender, de lograr independencia pero, sobre todo, de tener un futuro digno. El futuro que merecen.
Descubre todo sobre estas becas y ayúdanos para seguir formando a la juventud refugiada.
El programa de becas DAFI (Iniciativa Académica Alemana Albert Einstein) nació en 1992 como proyecto de educación de ACNUR, gracias al apoyo del Gobierno alemán. Ofrece a estudiantes refugiados la posibilidad de acceder a estudios de nivel terciario: universidad o formación profesional.
La beca financia los estudios (matrícula, tasas, materiales, cursos de idioma o informática, otros costes derivados de prácticas o proyectos de investigación) y la manutención completa (alojamiento, comida, transporte, cobertura de salud, gastos personales). También incluye una serie de actividades de apoyo adicional como: tutoría individual, mentoría, formaciones y cursos adicionales, apoyo psicosocial, plataforma Club DAFI (red de contactos, voluntariado comunitario, acceso a empleo y prácticas).
En cuanto a los campos de estudio, los estudiantes pueden elegir el ámbito de estudio, pero el programa les ofrece un asesoramiento para enfocarse mejor en base a sus preferencias y también a las oportunidades de empleo futuras.
ACNUR lleva 30 años dando becas a través del programa DAFI, durante los cuales, ha dado la oportunidad a 26.300 jóvenes y quiere crecer para dar muchas más. Pero esto solo es posible con más financiación.
Sabemos que son cantidades altas pero puedes aportar lo que consideres. Una donación completa o parte de ella. Somos muchos socios y socias y, entre todos, podemos apoyar al programa.
Esta donación va mucho más allá de la ayuda de supervivencia necesaria ante guerras o catástrofes que provocan éxodos masivos. Va más allá de lo que sale en las noticias y nos empuja a actuar con rapidez.
Va de darle la oportunidad a jóvenes refugiados que han vivido la cara mala del mundo, la de la huida de la guerra, la violencia y la persecución. Son jóvenes sin medios y lejos de todo lo conocido. Por eso ACNUR les apoya de una forma especial: INVIERTE en ellos. En su formación. En su futuro.
La juventud refugiada es la más vulnerable del planeta y la que menos oportunidades tiene. Solo 7 de cada 100 pueden estudiar tras la secundaria (el promedio a nivel mundial es de 39 de 100 estudiantes, incluyendo los países más pobres) , ya sea ir a la universidad o hacer formación profesional. Muchos quieren pero no pueden y si son mujeres, menos. ACNUR tiene como objetivo que el 15% de acceso antes de 2030.
Por eso, les ofrece la oportunidad de seguir viviendo y creciendo, de reconstruir una vida interrumpida por el trauma y el miedo, darle sentido, poder ayudar a su familia, tener un buen trabajo, contribuir al país herido al que sueñan con volver o al que les ha acogido.
Porque quien hoy es un joven refugiado que ha huido de la guerra y la persecución, mañana podría ser una ingeniera, un maestro, alguien experto en electrónica o en nutrición.
Súmate al programa de becas DAFI de ACNUR y cambia el futuro de jóvenes refugiados.
Porque es una inversión en la persona, directa.
Porque con formación estos jóvenes se ganarán la vida y serán libres.
Porque no es justo que los jóvenes refugiados tengan muchas menos oportunidades que el resto para ir a la universidad o hacer formación profesional.
Porque tiene la garantía de ser un programa de becas consolidado y gestionado por ACNUR.
El programa está en 55 países del mundo. Los factores que influyen en la disponibilidad del programa en un país dependen, entre otros, del total de población refugiada o desplazada, de las políticas educativas y la calidad de las instituciones, de la disponibilidad de educación secundaria, de los costes globales o de las opciones de empleo.
Estar registrados con ACNUR o el gobierno de asilo; haber terminado la secundaria con buenos resultados o haber empezado estudios superiores en su país pero haberlos interrumpido por la huida y acreditar dichos estudios; no tener medios económicos; tener 28 años o menos; competencia plena en la lengua de formación; que ningún otro miembro de la familia sea becario DAFI. Además se aplican criterios de inclusión y paridad de género.
El proceso de selección es exigente y tiene varios pasos. Tras presentar toda la documentación se hace una primera criba y una entrevista personal con el Comité de selección. Este Comité lo forman expertos del área de educación de ACNUR y de las organizaciones socias, personal de universidades u otras instituciones académicas del país y representantes del gobierno de acogida (en general del Ministerio de Educación). En base a todo ello se identifica a los candidatos a obtener la beca y se asignan según la disponibilidad de plazas por país.
La beca se otorga por un periodo de hasta 4 años, en la mayoría de los casos. Su renovación anual está sujeta al desempeño académico, a través del seguimiento individual y la entrega de informes periódicos al equipo de ACNUR. En caso de no cumplir con los requisitos académicos y de participación del programa, previa tutoría personalizada, se podría llegar a interrumpir la beca. Esto sucede muy raramente y en general por causas externas, para las que ACNUR ofrece apoyo y acompañamiento. La tasa de abandono es muy baja, de un 2%, y responde a situaciones realmente excepcionales, siempre externas a la voluntad del estudiante.
No es un apadrinamiento, no se te asigna un estudiante en concreto. La donación sugerida equivale a los costes reales por estudiante y año, para que dimensiones el impacto real de tu ayuda. Pero todas las aportaciones se dirigen al programa de becas para el conjunto de los estudiantes que están dentro del mismo. Son estudiantes reales y compartiremos sus historias y testimonios, pero no hay uno en concreto al que tú vayas a financiar.
El proceso es justo y sigue unos pasos muy concretos que se orientan a dar las becas en base a criterios objetivos validados por un Comité mixto. Es muy difícil, por no decir imposible, que alguien obtenga una beca DAFI sin necesitarla o merecerla.
Con cada estudiante se hace un seguimiento personalizado a lo largo de los estudios, varias veces al año. Tienen que documentar sus progresos y resultados, acompañados por el equipo del programa DAFI de ACNUR. Solo en casos muy excepcionales de incumplimiento del rendimiento exigido, y tras ver la casuística particular, podría llegar a retirarse la beca.
El programa DAFI no puede garantizar el empleo a sus estudiantes. Sí que les da apoyo a través de formaciones de acceso al empleo, voluntariados, networking y prácticas. También se les anima a participar activamente en los Clubs DAFI donde comparten información, recursos y oportunidades de empleo o para estudios de posgrado.