Hola amigo de las ventas (y de la libertad).
Si has llegado aquí es porque Luis Monge, al confiar en ACNUR como su causa este mes, ha despertado también tu interés o tu curiosidad.
Soy Belén Roldán y como alumna y parte de su comunidad, te saludo.
Entiendo que compartimos el sano interés por vender mejor lo que ofrecemos, en lo que creemos, y eso hace del mundo un lugar necesariamente mejor.
Así lo veo yo.
Y por eso voy a contarte algo y a ofrecerte (como a Luis cuando nos conocimos y le gustó la idea), la posibilidad de invertir en jóvenes estudiantes refugiados con ganas de aprender y prosperar.
Por si ya tuvieras claro que quieres sumarte a este programa especial, te pongo aquí abajo ya el módulo que te permite hacer la donación online.
No hay una cantidad mínima, las que te sugiero son el coste promedio real de ACNUR por estudiante y concepto.
Y si quieres saber más antes de tomar decisiones (que es lo suyo) sigue bajando y leyendo, o ponte en contacto conmigo para comentarlo personalmente.
Belén
Belén Roldán, responsable de Filantropía privada belen.roldangonzalez@eacnur.org / 686 288 196
Según las cartas que te tocan de entrada, o de las nuevas que te van dando, el juego puede cambiar radicalmente.
Puede cambiar a tu favor, o en tu contra.
Su presente es la primera carta.
Su futuro posible cambiaría radicalmente en función de recibir la carta azul de la oportunidad, para seguir estudiando, o la carta negra que es la que le toca aún a la mayoría de jóvenes refugiados.
Si quieres puedes ver también las cartas de Romina (en Bangladesh) y Kingsley (en Nigeria) en este enlace.
Como has visto, la propuesta es sencilla y a la vez muy transformadora.
Va de darle la carta azul de la oportunidad a jóvenes que se han encontrado en la cara mala del mundo, la de la huida de la guerra, la violencia y la persecución.
Son jóvenes refugiados, sin medios y lejos de todo lo conocido, cuyas cartas actuales son más bien negras.
Por eso ACNUR les apoya de una forma especial: INVIERTE en ellos.
En su formación. En su futuro.
Por eso esta es una petición de apoyo especial también para ti desde ACNUR.
Va mucho más allá de la ayuda de supervivencia necesaria ante nuevas guerras o catástrofes que provocan éxodos masivos. Más allá de lo que sale en las noticias y nos empuja a actuar con rapidez.
Lo que te propongo es apoyar a ACNUR para lo que viene tras la supervivencia, especialmente en el caso de los más jóvenes:
seguir viviendo y creciendo,
reconstruir una vida interrumpida por el trauma y el miedo,
darle sentido,
poder ayudar a su familia,
contribuir al país herido al que sueñan con volver o al que les ha acogido...
Porque quien hoy es un joven refugiado que ha huido de la guerra y la persecución, mañana podría ser una ingeniera, un maestro, alguien experto en electrónica o en nutrición.
Tener un buen trabajo y un buen futuro.
Piensa en Einstein, sin ir más lejos, que fue refugiado.
Cuando te sumas al programa de becas DAFI de ACNUR, lo que pasa es que cambias futuros de jóvenes refugiados DE FORMA REAL.
Lo de cambiarles la vida no es una promesa grandilocuente ni intangible. No.
Sucede. Y ellos mismos, los refugiados becados, lo dicen.
Todos sabemos que la formación cambia cosas en nosotros y nos da posibilidades nuevas. Por eso invertimos en ello, para nosotros y para los nuestros.
Y resulta que los refugiados son los jóvenes más vulnerables del planeta y con menos oportunidades.
solo 6 de cada 100 pueden estudiar tras la secundaria, ya sea ir a la universidad o hacer formación profesional. Las becas DAFI de ACNUR financian ambas cosas.
En 2021 solicitaron la beca DAFI de ACNUR 15.860 nuevos aspirantes refugiados y la pudieron recibir solo 2.860. Solo 18 de cada 100 que la pidieron la pudieron obtener. El resto, nada.
Muchos quieren, pero no pueden.
Y si son mujeres, menos, porque se suman muchas otras barreras en su caso.
Así que ACNUR quiere cambiar esos datos para llegar al 15% de acceso antes de 2030. Ese es el gran reto.
¿Eso es mucho o es poco?
Pues de los jóvenes no refugiados acceden a estudios terciarios en el mundo un promedio de 39 de 100 estudiantes, incluyendo los países más pobres.
La idea de darles estas becas no es nada nuevo. ACNUR lleva 30 años dando becas a través del programa DAFI.
Es un programa consolidado, exigente y que ha logrado resultados reales en la vida de más de 21.500 refugiados y, por tanto, de sus familias y comunidades.
Pero su escala hasta ahora ha sido menor de lo deseable, porque su financiación venía casi exclusivamente de la donación anual voluntaria del Gobierno alemán, que fue su impulsor y que ha velado por mantenerlo vivo siempre de la mano de ACNUR.
Así que solo con más financiación, más jóvenes refugiados que se lo merecen podrán optar a estas becas, que les cubren todos los gastos y les dan una red de apoyo.
Donar para financiar más becas, sí, pero con visión de invertir en las personas para el largo plazo.
ACNUR sabe lo que hay que hacer y cómo. Solo necesita más apoyos para hacerlo real.
Por eso ACNUR ha decidido apostar de verdad por este programa, invitando por primera vez a los donantes privados de todo el mundo a entrar en él.
Y los resultados ya se están empezando a ver. En 2018 accedía el 1% de los refugiados a estudios terciarios. En 2020 llegó al 5%, en 2021 el 6%.
Así que ahora yo te invito a ti a hacer tuyo también el reto de llegar a ese 15%.
Te animo a invertir en ellos, en los jóvenes refugiados, confiando en el trabajo de ACNUR y contando conmigo a este lado para resolver cualquier duda que tengas.
Ojalá te animes y podamos hablar.
Belén
Belén Roldán, responsable de Filantropía privada belen.roldangonzalez@eacnur.org / 686 288 196
Porque es una inversión en la persona, directa.
Porque con formación estos jóvenes se ganarán la vida y serán libres.
Porque no es justo que los jóvenes refugiados tengan muchas menos oportunidades que el resto para ir a la universidad o hacer formación profesional.
Porque tiene la garantía de ser un programa de becas consolidado y gestionado por ACNUR.
Cuando te sumas al programa de becas de ACNUR, sucede lo siguiente:
Recibes el justificante de la recepción de tu donación y del destino de la misma al programa de becas.
Tienes acceso a información y a encuentros con expertos de ACNUR y estudiantes refugiados a lo largo del año.
Recibes el informe anual de resultados del programa de becas . Aquí puedes ver el último informe publicado, del año 2021.
Según tu grado de compromiso e impacto en el programa, me tienes a mí como persona de contacto directo, o bien a los compañeros de Atención personalizada.
Y, por supuesto, tras hacer tu aportación al programa te conviertes en parte de resultados reales como estos:
Sara, una joven siria que vive en un campo de refugiados al norte de Irak, se convierte en médico, con mucho coraje y esfuerzo.
Simiyana, joven de Ruanda que nació y creció en un campo de refugiados en Zambia, estudia informática y duerme en paz sabiendo que podrá ayudar a su familia.
Vickie, refugiada de la República Democrática del Congo, estudia administración de empresas en Uganda y motiva a otras niñas refugiadas a seguir estudiando.
Puedes donar al programa de becas una sola vez o también acompañarles a lo largo de sus estudios.
Algunos donantes se han comprometido a dar continuidad a su apoyo al programa de becas hasta un máximo de 4 años, la duración total de los estudios.
Es importante entender que donar al programa de becas DAFI no es un apadrinamiento. Pero visualizar la oportunidad completa es un compromiso que algunos donantes se alegran de poder asumir.
También es importante para que ACNUR pueda prever mejor la cantidad de plazas que podrán ofertarse cada curso.
Hacemos una carta de compromiso contigo y así ACNUR sabe que cuenta con tu apoyo durante varios años.
Para poder plantearlo o darle forma, solo tendrías que mandarme un email, o llamarme, y lo hablamos personalmente.
Belén Roldán, responsable de Filantropía privada belen.roldangonzalez@eacnur.org / 686 288 196
El programa de becas DAFI (Iniciativa Académica Alemana Albert Einstein) nació en 1992 como proyecto de educación de ACNUR, gracias al apoyo del Gobierno alemán. Ofrece a estudiantes refugiados la posibilidad de acceder a estudios de nivel terciario: universidad o formación profesional. En 30 años ha dado la oportunidad a 21.500 jóvenes y quiere crecer para dar muchas más. Por eso se ha abierto ahora a la entrada de donantes privados a través de una campaña global de captación de fondos para este programa.
El programa está en 55 países del mundo. Los países que en 2021 tuvieron más de 500 becarios DAFI fueron Etiopía (993), Turquía (745), Pakistán (642), Kenia (640) e Irán (590). Los factores que influyen en la disponibilidad del programa en un país dependen, entre otros, del total de población refugiada o desplazada, de las políticas educativas y la calidad de las instituciones, de la disponibilidad de educación secundaria, de los costes globales o de las opciones de empleo.
Estar registrados con ACNUR o el gobierno de asilo; haber terminado la secundaria con buenos resultados o haber empezado estudios terciarios en su país pero haberlos interrumpido por la huida y acreditar dichos estudios; no tener medios económicos; tener 28 años o menos; competencia plena en la lengua de formación; que ningún otro miembro de la familia sea becario DAFI. Además se aplican criterios de inclusión y paridad de género.
El proceso de selección es exigente y tiene varios pasos. Tras presentar toda la documentación se hace una primera criba y una entrevista personal con el Comité de selección. Este Comité lo forman expertos del área de educación de ACNUR y de las organizaciones socias, personal de universidades u otras instituciones académicas del país y representantes del gobierno de acogida (en general del Ministerio de Educación). En base a todo ello se identifica a los candidatos a obtener la beca y se asignan según la disponibilidad de plazas por país.
La beca se otorga por un periodo de hasta 4 años, en la mayoría de los casos. Su renovación anual está sujeta al desempeño académico, a través del seguimiento individual y la entrega de informes periódicos al equipo de ACNUR. En caso de no cumplir con los requisitos académicos y de participación del programa, previa tutoría personalizada, se podría llegar a interrumpir la beca. Esto sucede muy raramente y en general por causas externas, para las que ACNUR ofrece apoyo y acompañamiento. La tasa de abandonos es casi nula en este programa.
La beca financia los estudios (matrícula, tasas, materiales, cursos de idioma o informática, otros costes derivados de prácticas o proyectos de investigación), la manutención completa (alojamiento, comida, transporte, cobertura de salud, gastos personales). También incluye una serie de actividades de apoyo adicional como: tutoría individual, mentoría, formaciones y cursos adicionales, apoyo psicosocial, plataforma Club DAFI (red de contactos, voluntariado comunitario, acceso a empleo y prácticas).
Los estudiantes pueden elegir el ámbito de estudio, pero el programa les ofrece un asesoramiento para enfocarse mejor en base a sus preferencias y también a las oportunidades de empleo futuras.
No hay una cantidad mínima ni máxima. Las que te sugerimos responden el coste promedio real de ACNUR por estudiante y concepto, con todo incluido para que los estudiantes se dediquen a estudiar y que se sientan acompañados y en comunidad como parte de este programa.
No es un apadrinamiento, no se te asigna un estudiante en concreto. La donación sugerida equivale a los costes reales por estudiante y año, para que dimensiones el impacto real de tu ayuda. Pero todas las aportaciones se dirigen al programa de becas para el conjunto de los estudiantes que están dentro del mismo. Son estudiantes reales y compartiremos sus historias y testimonios, pero no hay uno en concreto al que tú vayas a financiar.
El proceso es justo y sigue unos pasos muy concretos que se orientan a dar las becas en base a criterios objetivos validados por un Comité mixto. Es muy difícil, por no decir imposible, que alguien obtenga una beca DAFI sin necesitarla o merecerla.
Con cada estudiante se hace un seguimiento personalizado a lo largo de los estudios, varias veces al año. Tienen que documentar sus progresos y resultados, acompañados por el equipo del programa DAFI de ACNUR. Solo en casos muy excepcionales de incumplimiento del rendimiento exigido, y tras ver la casuística particular, podría llegar a retirarse la beca.
La tasa de abandono es muy baja, de un 2%, y responde a situaciones realmente excepcionales, siempre externas a la voluntad del estudiante.
El programa DAFI no puede garantizar el empleo a sus estudiantes. Sí que les da apoyo a través de formaciones de acceso al empleo, voluntariados, networking y prácticas. También se les anima a participar activamente en los Clubs DAFI donde comparten información, recursos y oportunidades de empleo o para estudios de posgrado.
Belén Roldán, responsable de Filantropía privada belen.roldangonzalez@eacnur.org / 686 288 196