Refugiados en Portugal, país de acogida y reinserción

A mediados de enero de 2021, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, visitó por primera vez Portugal como directivo de la ONU y ratificó el perfil de este país como uno de los más activos en materia de acogida de refugiados.

“Mientras algunos países cerraban sus puertas e imponían restricciones que obstaculizaban el acceso al territorio y al asilo a las personas que huían de la violencia y la persecución, Portugal tomó medidas ejemplares para salvaguardar los derechos de los refugiados al principio de la pandemia de COVID-19”, aseguró Grandi en aquel momento, centrándose en el esfuerzo que siempre hace Portugal por acoger y proteger a los refugiados, incluso en momentos duros como los de la pandemia de COVID-19.

Los refugiados en Portugal gozan de muchas oportunidades de reinserción laboral y acceden a espacios preparados especialmente para que estén seguros y protegidos después de los diferentes infiernos de los que tuvieron que huir. Además, este país no tiene restricciones fronterizas para las personas que solicitan asilo y que tienen otras necesidades como acceder a atención médica, oportunidades de empleo o servicios sociales.

Una de las instituciones fundamentales para los refugiados de Portugal es el Consejo Portugués para los Refugiados (CPR), una ONG con la cual ACNUR colabora directamente ya que cumple un rol clave al momento de recibir a las personas que huyan de países en conflicto. Desde aquí se dirigen centros de acogida para los solicitantes de asilo, menores no acompañados y separados de sus padres y refugiados reasentados.

Reasentamiento de refugiados desde Turquía

Son muchas las experiencias de reasentamiento de refugiados en Portugal, por ejemplo, la de 2019, cuando trece refugiados de Siria e Irak (entre los que había seis niños) llegaron a Lisboa desde Estambul, la capital de Turquía, en el marco de un programa llevado a cabo en conjunto por ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones.

De esta manera, tres familias sirias de Alepo y Damasco y otra persona procedente de Irak se unieron a miembros de sus familias extendidas que ya vivían en territorio portugués. “ACNUR ha estado apoyando a Portugal para fortalecer su plan de reasentamiento, desplegando a un experto en reasentamiento en Lisboa y trabajando con las autoridades portuguesas para identificar y referir a los refugiados en riesgo en Egipto y Turquía como parte del programa”, dijo en aquel momento Carlotta Sami, portavoz del ACNUR para el Sur de Europa.

Esa no fue la primera experiencia, ya que anteriormente unas 127 personas habían sido reasentadas en Portugal desde Egipto. Y los esfuerzos del país por acoger y reasentar a personas refugiadas continúan hasta hoy.

La importancia de la reinserción

Cuando las personas abandonan sus países en conflicto y consiguen poner a salvo sus vidas, se enfrentan a nuevas dificultades durante la diáspora. Y una de las más significativas es su futuro incierto. Es por eso que contar con un país de acogida con el alto grado de empatía que tiene Portugal resulta tan importante.

Los refugiados en Portugal acceden a programas completos de reinserción que también incluyen apoyo académico a estudiantes, como fue el caso de las 650 becas que se han otorgado desde 2013 a estudiantes universitarios que llegan desde Siria. En este marco, también existe un programa accesible para que los refugiados puedan aprender con relativa facilidad el idioma portugués y contribuir a una mejor integración.

En torno al programa de reasentamiento de la Unión Europea, Portugal ha acogido y reinsertado a otras familias procedentes de Siria, Sudán del Sur y Egipto, con el apoyo de autoridades de diferentes municipios y ONG que trabajan en todo el país.