Sus vecinos empezaron a llamarle “loco” cuando dijo que iba a construir refugios resistentes al calor y a las tormentas de arena con botellas de plástico rellenas de arena del desierto. Tateh Lehbib, el refugiado saharaui que responde a este apodo, ha mejorado la vida de decenas de saharauis gracias a su invento y ya es una referencia internacional. La educación ha sido el motor de su éxito. En el documental El loco del desierto te contamos su historia y cómo ACNUR le ha ayudado en su innovador proyecto.