El conflicto que comenzó en abril de 2023 ha provocado más de 10,5 millones de desplazamientos forzosos y más de 23.000 víctimas mortales. La población no solo está sufriendo la guerra sino también el hambre, los efectos de la crisis climática y las enfermedades.
Es una emergencia poco visible en los medios de comunicación, pero en la que millones de personas necesitan protección y asistencia humanitaria de forma urgente. ACNUR está brindando toda la ayuda posible, pero se necesitan más medios para poder seguir adelante, tanto en Sudán como en los países vecinos que están acogiendo a las personas que huyen.
Por favor, colabora ahora con nosotros enviando tu ayuda, cada gesto cuenta.
10,5 millones
de personas desplazadas forzosamente.
8,1 millones
de personas desplazadas internas en Sudán.
2,2 millones
de personas refugiadas en los países vecinos.
A la situación humanitaria extremadamente grave que está viviendo la población en Sudán se une el impacto del cambio climático. Después de la larga sequía ha llegado la temporada de lluvias con graves inundaciones que han afectado a casi 600.000 personas en todo el país, desplazando al menos a 178.000. Las inundaciones estacionales están retrasando las entregas de ayuda humanitaria, lo que contribuye a la propagación del cólera. En Darfur Central, los daños causados en las infraestructuras por inundaciones anteriores han interrumpido los desplazamientos del personal de la ONU y las cadenas de suministro.
Y es que Sudán también está haciendo frente a una nueva oleada de brotes de enfermedades, como el cólera y la viruela símica. En el este de Sudán se han registrado más de 11.000 casos de cólera y 316 muertes. Sudán y Uganda están considerados de riesgo alto a moderado de transmisión de mpox.
Todo esto unido a las inundaciones ha hecho que sea muy difícil acceder al agua potable, a las instalaciones de saneamiento y provoca inseguridad alimentaria al quedar inservibles los cultivos por las lluvias. Tanto que Naciones Unidas ha confirmado la hambruna en el norte de Darfur, una de las zonas más afectadas por el conflicto. Se ha obstaculizado gravemente el acceso humanitario y ha empujado a la hambruna a partes del norte de Darfur, en particular en el campo para desplazados internos de Zamzam”, según el Comité de Revisión de la Hambruna de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria por Fases.
Foto: © ACNUR/Aymen Alfadil
"Los combates crecen en alcance y brutalidad, afectando a la población de Sudán, y el mundo guarda un escandaloso silencio, aunque persisten impunemente las violaciones del derecho internacional humanitario".
Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.
Desde que el 15 de abril de 2023 comenzaran los combates entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), la crueldad no ha cesado en un contexto de crecientes tensiones intercomunitarias y violencia étnica. El conflicto sigue asolando Sudán. Desde el estallido de los combates se han registrado más de 23.000 víctimas mortales, según el Armed Conflict Location and Event Data (ACLED). El 12 de septiembre de 2024, la violencia se intensificó en la ciudad de El Fasher, amenazando miles de vidas, especialmente en los campos de desplazados internos.
La mayoría de las personas que han huido son mujeres, niñas y niños que, en la mayoría de las ocasiones, huyen con lo puesto, sin prácticamente nada, recorriendo kilómetros en transportes precarios o directamente a pie. Sus necesidades más urgentes son agua, alimentos, refugio, asistencia sanitaria, artículos de socorro, prevención de la violencia de género y apoyo psicosocial.
Prácticamente la mitad de la población de Sudán necesita asistencia humanitaria y servicios de protección. La situación cada vez es más dramática, especialmente por el deterioro de la atención sanitaria dentro del país debido al aumento de los ataques a las instalaciones sanitarias, según ha informado la OMS, junto a la falta de medicamentos esenciales y de personal, que está poniendo a prueba la capacidad de proporcionar incluso los servicios básicos. Esto hace que enfermedades como el cólera, sarampión, dengue o malaria sigan aumentando.
Sudán pertenece a la región del África subsahariana, donde se encuentran algunos de los países más necesitados del mundo. Antes de que estallaran los enfrentamientos, Sudán, albergaba a más de un millón de refugiados de otros lugares, de manera generosa. El país suministraba alimentos y combustible a otros vecinos, pero este conflicto ha interrumpido esto y ha provocado una gran escasez y una subida drástica de los precios de artículos de primera necesidad.
Foto: © ACNUR/Andrew McConnell
ACNUR trabaja desde el inicio del conflicto con los gobiernos de acogida y sus socios para revisar los planes de contingencia, llevar a cabo actividades de preparación y puesta en marcha de vigilancia de las fronteras y distribución de suministros esenciales, incluidos kits de artículos no alimentarios. También se quiere apoyar a los países de acogida para garantizar la protección internacional de quienes lo necesiten, proporcionar asistencia humanitaria, identificar a los más vulnerables y proporcionarles servicios especializados.
ACNUR ya ha informado del empeoramiento de las condiciones sanitarias dentro de Sudán y a través de las fronteras, alertando de que la situación es insostenible, ya que las necesidades superan con creces lo que se puede ofrecer con los recursos disponibles.
Foto: © ACNUR/Andrew McConnell.
ACNUR centra su ayuda en cuatro ejes principales:
Desde que comenzara el conflicto, ACNUR todavía no ha conseguido recaudar lo necesario para poder brindar la ayuda que necesita la población. Por eso, es clave tu colaboración para lograrlo.