Emergencia en Sudán: envía ayuda Emergencia en Sudán: envía ayuda

Emergencia en Sudán: envía ayuda

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En las últimas semanas de octubre, la guerra en Sudán se ha agravado. Las Fuerzas de Apoyo Rápido han entrado en El Fasher, la capital de Darfur del Norte, lo que ha obligado a miles de personas a huir debido a la brutal violencia tras un asedio de 18 meses.

Las personas que huyen a otras zonas (la mayoría mujeres y niños) llegan deshidratadas, desnutridas, heridas y profundamente traumatizadas por haber sido testigos de verdaderas atrocidades como matanzas masivas.

Más de dos años y medio de conflicto han dejado 11,7 millones de desplazamientos forzosos.

Esta es la mayor emergencia humanitaria en la actualidad. Millones de personas necesitan protección y asistencia humanitaria de forma urgente.

ACNUR está brindando toda la ayuda posible, pero se necesitan más medios para poder seguir adelante, tanto en Sudán como en los países vecinos que están acogiendo a las personas que huyen.

Por favor, colabora ahora y envía ayuda, cada gesto cuenta.

Las cifras del conflicto:

11,7 millones

personas desplazadas forzosamente.

7,2 millones

personas desplazadas internas en Sudán.

4,2 millones

de personas refugiadas en los países vecinos.

¿Qué está pasando en Sudán?

Desde el estallido del conflicto entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en abril de 2023, Sudán atraviesa una de las peores crisis humanitarias del mundo, con casi 12 millones de personas desplazadas. Sin embargo, la violencia se ha intensificado en las últimas semanas, especialmente en Darfur del Norte, donde la situación se ha vuelto crítica.

A finales de octubre, las RSF irrumpieron en El Fasher, la capital regional, tras 18 meses de asedio. Los combates y ataques indiscriminados han obligado a decenas de miles de civiles a huir hacia zonas como Tawila, una ciudad ya saturada que acoge a más de 650.000 desplazados. Miles de personas han escapado a pie y la mayoría llega desnutrida, deshidratada o herida, tras sufrir extorsiones, violencia sexual y detenciones arbitrarias durante el trayecto.

El último informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) documenta graves violaciones de los derechos humanos, incluidas ejecuciones sumarias, asesinatos en masa, violencia sexual y ataques contra el personal humanitario. La falta de corredores humanitarios seguros impide las evacuaciones y la entrega de ayuda vital, mientras cientos de miles de personas permanecen atrapadas en El Fasher sin acceso a alimentos, agua ni atención médica.

La violencia en Sudán ha provocado que más de cuatro millones de personas huyan a países vecinos que, pese a su falta de recursos, mantienen sus fronteras abiertas. Las comunidades locales comparten lo poco que tienen, mientras la población civil continúa pagando el precio más alto de un conflicto que no muestra señales de terminar. Chad acoge hoy el mayor número de refugiados sudaneses, aunque también se han registrado llegadas a Egipto, Sudán del Sur, Etiopía, Libia, la República Centroafricana y Uganda.

Foto: © ACNUR/Andreas Floistrup.

Además, la emergencia humanitaria se agrava con una crisis alimentaria catastrófica: más de la mitad de la población padece hambre extrema, y el número de niños que necesitan ayuda humanitaria se ha duplicado este año, alcanzando los 15 millones. Además, las tasas de desnutrición, la escasez de agua y los daños en las infraestructuras han aumentado la amenaza de brotes epidémicos.

A la violencia y al colapso sanitario se suman los efectos del cambio climático, con sequías e inundaciones recurrentes que destruyen cosechas y provocan nuevos desplazamientos.

La respuesta de ACNUR

ACNUR trabaja desde el inicio del conflicto con gobiernos de acogida y socios para revisar los planes de contingencia, llevar a cabo actividades de preparación y puesta en marcha de vigilancia de las fronteras y distribución de suministros esenciales.

En Tawila, región a la que están acudiendo miles de desplazados, ACNUR y sus socios continúan brindando asistencia vital, incluyendo refugio, artículos de primera necesidad, ayuda financiera y asesoramiento en centros comunitarios multiusos. La inseguridad actual sigue bloqueando el acceso, impidiendo la entrega de asistencia vital a quienes están atrapados en la ciudad sin alimentos, agua ni atención médica. Mientras tanto, ACNUR tiene miles de kits de artículos domésticos en Nyala, Darfur del Sur, listos para distribuir, a la espera de acceso seguro.

Foto: © ACNUR/Reason Moses Runyanga.

Miles de personas huyen a los países vecinos, la mayoría hacia Chad. Allí, el gobierno estableció un equipo nacional de monitoreo, con el apoyo de ACNUR y sus socios, para coordinar la preparación y la respuesta.

A pesar de la inseguridad y los obstáculos burocráticos, ACNUR sigue brindando apoyo vital a quienes lo necesitan en Sudán y en los países vecinos, pero la falta de financiación sigue siendo un gran problema. A pesar de que Sudán es la mayor crisis de desplazamiento del mundo, está financiado solo al 27 %. Mientras la guerra sigue recrudeciéndose y la población está cada vez más en peligro.

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