Emergencia Terremoto Myanmar Emergencia Terremoto Myanmar

Emergencia Terremoto Myanmar

Miles de familias desplazadas por el terremoto

Necesitan tu ayuda urgente

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El devastador terremoto que ha golpeado Myanmar, ha causado más de 3.300 personas fallecidas, más de 4.500 personas heridas y cientos de desaparecidas. Hechos como estos nos recuerdan que, de un día para otro, miles de personas pueden perderlo todo.

Se calcula que el terremoto ha afectado a 17,2 millones de personas, entre ellas 2,1 millones de desplazados internos, lo que representa más de la mitad de los 3,5 millones de desplazados internos que hay en Myanmar.

ACNUR está en terreno atendiendo a las víctimas con materiales esenciales de primera necesidad, ofreciendo refugios de emergencia y protección.

Por favor, dona ahora. Tu generosidad puede enviar esperanza y ayuda a aquellos que más lo necesitan en este momento.

¿Qué ha provocado el terremoto?

El epicentro del seísmo, que se produjo el 28 de marzo, se localizó cerca de Mandalay, la segunda ciudad más grande de Myanmar. Aproximadamente 12 minutos después, una réplica de magnitud 6,4 empeoró aún más la situación. Este terremoto ha dejado más de 3.350 personas fallecidas, más de 4.500 heridas y 220 desaparecidas. Se calcula que ha afectado a 17,2 millones de personas, entre ellas 2,1 millones de desplazados internos, lo que representa más de la mitad de los 3,5 millones de desplazados internos que hay en Myanmar.

Según los informes, los seísmos han provocado el derrumbamiento de edificios residenciales, comerciales y de escuelas, y daños en las infraestructuras, incluidas carreteras y puente. Los esfuerzos de rescate siguen centrados en Mandalay y Nay Pyi Taw, consideradas las ciudades más afectadas, aunque muchas otras zonas también han sufrido daños, pero hay poca información disponible debido, en parte, a los daños en las infraestructuras de telecomunicaciones y electricidad.

Varios equipos de rescate internacionales han sido desplegados para ayudar en las labores de evaluación y rescate, entre ellos China, Japón, Vietnam, India, Rusia, Tailandia y Singapur.

Hay que tener en cuenta que Myanmar está sumido en un conflicto armado desde hace más de cuatro años. Las zonas más afectadas albergan ya el mayor número de desplazados internos. Esta catástrofe empeora aún más una situación humanitaria ya de por sí grave, intensificando las penurias y necesidades tanto de los desplazados como de las comunidades locales.

La respuesta de ACNUR y su presencia en Myanmar

ACNUR está presente en Myanmar desde 1993 y desde el inicio de esta emergencia ha estado trabajando sin descanso en Mandalay, Sagaing, el sureste y Nay Pyi Taw, prestando asistencia vital.

Se han identificado necesidades urgentes como refugios de emergencia, agua, saneamiento e higiene, alimentos y atención médica. Los refugios colectivos están superpoblados, y carecen de iluminación adecuada y de instalaciones de agua, saneamiento e higiene. Los recursos y los espacios son muy limitados, lo que impide en muchos casos las separaciones por géneros. Esto expone a personas a graves riesgos de protección incluida la violencia de género.

ACNUR ha ayudado a más de 19.000 personas con artículos básicos y de emergencia y más suministros están en camino. La organización colabora de manera estrecha con organismos afines de las Naciones Unidas, ONG y comunidades locales, por lo que desempeña un papel crucial a la hora de proporcionar intervenciones que salvan vidas en áreas de coordinación de asistencia, protección y prestación de ayuda de emergencia. Además, defiende los derechos humanos fundamentales de las personas de interés y de las comunidades de acogida, y trabajan para lograr soluciones sostenibles que garanticen que las personas tengan un lugar seguro al que llamar hogar y construyan un futuro mejor.

Además, tiene previsto desplegar equipos móviles de protección para ayudar a las personas vulnerables que no pueden acceder a los servicios en las zonas en las que se encuentran, mejorar la cartografía de servicios para identificar los servicios humanitarios y de protección disponibles y crear vías de derivación eficaces para conectar de forma segura a las personas con el apoyo que necesitan.