Hace más de 40 años que miles de refugiados rohingya viven en Bangladesh tras haber huido de Birmania. En agosto de 2017, un repunte de la violencia en el norte de Myanmar empujó a más de medio millón de personas a huir del país en busca de un lugar seguro en Bangladesh. La violencia les empujó al agitado mar de la Bahía de Bengala a bordo de barcos de pescadores, tras noches escondidos en la selva a un duro viaje de 5 horas hasta Bangladesh. Llegaban empapados, hambrientos, exhaustos. Entre ellos, miles de niños y recién nacidos que antes de tener siquiera un nombre habrán sufrido más de lo que muchos sufren a lo largo de la vida.
En sólo unos días, esta emergencia se convirtió en la que más rápido creció de todo el mundo, por encima de países como Siria o Sudán del Sur. Cada minuto, 10 personas llegaban a los campos de Bangladesh. Desde entonces, se estima que un millón refugiados rohingya viven en Cox's Bazar, Bangladesh. La mayoría depende de la asistencia humanitaria, y necesita servicios y recursos que incluyen refugio, alimentos, agua limpia y saneamiento.
1,4 millones
personas refugiados y solicitantes de asilo de Myanmar.
3,5 millones
personas desplazadas internas en Myanmar.
Más de 619.400
personas apátridas (rohingya) dentro de Myanmar.
El pueblo rohingya son una minoría étnica y religiosa que lleva décadas en Myanmar en condición de apátrida, es decir, sin documentación que les legitime como ciudadanos del país en el que nacieron. Sin un lugar a donde ir, tras el repunte de la violencia en agosto de 2017, miles de rohingyas decidieron emprender complicado viaje hacia su país vecino, Bangladesh.
Bangladesh ha demostrado ser un país tremendamente generoso acogiendo a cerca de un millón de refugiados rohingya de Myanmar, lo que la convierte en una de las situaciones de personas refugiadas prolongadas más grandes del mundo. Refugiados que dependen de la ayuda de organizaciones humanitarias y requieren medios para seguir haciendo frente a sus necesidades.
ACNUR lidera la respuesta de ayuda para dar protección, refugio y atender las necesidades más básicas. Se necesita ayuda urgente para hacer frente a esta emergencia que afecta a miles de personas injustamente perseguidas.
"Mis niños están volviéndose cada vez más delgados. Si no consiguen ayuda pronto, morirán."
Sra Khatun, refugiada rohingya y madre de siete hijos