4,5 millones
de personas desplazadas en Yemen.
+ de 2/3
de la población vive por debajo del umbral de pobreza.
21,6 millones
de yemeníes (dos tercios de la población) dependían de la ayuda humanitaria en 2023.
Yemen lleva casi 10 años viviendo bajo las bombas, pero, sin duda, hay algo que también está matando a la población y es el hambre. El país sigue enfrentándose a una crisis humanitaria devastadora y sin precedentes que ha provocado 4,5 millones de desplazados internos (el 80% mujeres y niños) y más de dos tercios de la población está viviendo por debajo del umbral de pobreza.
A pesar del sufrimiento de la población y su situación de extrema pobreza y hambruna, Yemen es un país tremendamente generoso, ya que, acoge a unos 100.000 refugiados y solicitantes de asilo de otros países devastados por la guerra. De hecho, es el único país de la península arábiga que ha firmado distintos acuerdos para la protección de los refugiados. Las comunidades yemeníes están desbordadas y aun así, siguen ayudando a personas de otros lugares.
Al terminar 2023, 21,6 millones de yemeníes (dos tercios de la población) dependían de la ayuda humanitaria, incluidos los 4,5 millones de desplazados internos y 71.800 refugiados. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 2 millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición aguda en Yemen. La escalada del conflicto, la inseguridad, los embargos y el colapso de la economía han llevado a esta situación de la población que se encuentra al borde de la hambruna.
En zonas donde se han reducido las hostilidades y han mejorado la estabilidad y la seguridad, los efectos de la prolongada crisis persisten. El grave deterioro de las condiciones económicas, de las infraestructuras civiles y el colapso de los servicios básicos son los principales factores de vulnerabilidades y necesidades a gran escala en todo el país.
Los niños, en particular, arrastran daños psicológicos de años de violencia y desplazamiento. Las mujeres se enfrentan a numerosos riesgos, como el restrictivo acceso a la salud reproductiva y a los servicios la violencia de género. La población con discapacidad también sigue sufriendo las consecuencias del conflicto.
Yemen es uno de los países más vulnerables al cambio climático. Los expertos auguran que es probable que el país experimente un cambio en la distribución de las precipitaciones con una fuerte disminución que reducirá el agua disponible, empeorando la aridez en zonas que antes eran húmedas. Al mismo tiempo, estos cambios en los patrones de las lluvias provocarán inundaciones repentinas que podrían resultar en catástrofes. Estos efectos hacen que el agua sea un bien escaso en el país: un tercio de la población no tiene acceso a agua segura para su uso y la mitad de los yemeníes no pueden acceder a agua potable cuando lo necesitan.
Desde el inicio del conflicto, ACNUR está en terreno proporcionando material de emergencia, ayudas económicas para comprar medicinas y comida, servicios psicosociales y otros tipos de asistencia a los desplazados por el conflicto. También está ayudando a los más de 100.000 refugiados y solicitantes de asilo que están en el país, la mayoría de Somalia. Trabaja día y noche para garantizar que las personas desplazadas por la guerra en Yemen reciban la protección que necesitan.
ACNUR sabe cómo salvar vidas y para ello es imprescindible recibir la financiación necesaria. A día de hoy, más de 17 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Yemen y ACNUR ya ha anunciado que el déficit de financiación en el país está poniendo en peligro el suministro de ayuda humanitaria para poder salvar vidas.
Las organizaciones internacionales alertan de que la mitad de la población, 17,6 millones de yemeníes, sufrirán inseguridad alimentaria en 2024. En este sentido, aproximadamente 2,7 millones de mujeres embarazadas y lactantes y 5 millones de niños y niñas menores de 5 años necesitarán tratamiento contra la malnutrición a lo largo de los próximos meses.
Las necesidades humanitarias seguirán siendo elevadas en los próximos años. Yemen sigue enfrentándose a una compleja crisis de protección que impulsa las necesidades humanitarias en el país. La crisis se caracteriza por víctimas civiles, desplazamiento a gran escala y marginación en todo el país.