4 de cada 5
desplazados viven en países con altos niveles de inseguridad alimentaria y desnutrición.
9 de cada 10
países con mayor número de desplazados internos sufrieron una importante crisis alimentaria.
La inseguridad alimentaria y el desplazamiento forzado están estrechamente vinculados. Según un informe del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, nueve de cada diez de las peores crisis alimentarias del planeta se producen en países con el mayor número de desplazados internos. El 80 % de la población desplazada vive en países de ingresos bajos y medianos y con elevados niveles de inseguridad alimentaria.
Antes de la pandemia del coronavirus, los desplazados forzados ya corrían un alto riesgo de inseguridad alimentaria y desnutrición. Con la llegada de la crisis sanitaria, han perdido oportunidades de trabajo y de obtener ingresos, lo que ha dificultado enormemente el acceso de las personas desplazadas a alimentos.
Según el informe, la inseguridad alimentaria, especialmente cuando se combina con el conflicto, puede ser uno de los principales factores de desplazamiento.
“Durante el encierro, nos saltamos una o dos comidas al día. Solo les estaba dando agua a mis hijos”.
Chinar, desplazada afgana.