Los rohingyas en Myanmar, los no serbios en la antigua Yugoslavia, los kurdos y los yazidíes por el ISIS, los gitanos por los nazis o los hazara por los talibanes han sido objeto de algunas de las persecuciones más violentas de la historia.
En el caso de las mujeres yazidíes, un pueblo olvidado que vivió la matanza de Sinjar en carne propia, cientos de ellas fueron violadas y forzadas a casarse con sus violadores. Las historias detrás de rostros como el de Nofa escriben las mayores atrocidades contra las minorías étnicas más perseguidas, a las que ACNUR protege con el apoyo de socios y donantes.
Todas aquellas etnias o minorías étnicas perseguidas de forma violenta por el mero hecho de formar parte de una etnia minoritaria en su lugar de origen son objeto de protección de ACNUR. La Agencia de la ONU trabaja para evitar que estas minorías étnicas sufran discriminación y enviar ayuda a las personas que necesitan refugiarse en otros países para salvar sus vidas.
En Bangladesh, ACNUR sigue entregando raciones de comida, agua y medicinas a diario para más de 647.000 rohingya que huyeron desde el mes de agosto.