Más cerca de ACNUR es una iniciativa que lanzamos este año a pequeña escala y hemos querido que formes parte de ella.
Durante los próximos meses vamos a acercarte al corazón de ACNUR con información exclusiva y rigurosa sobre nuestro trabajo y el impacto que tiene en la vida de millones de personas obligadas a abandonar sus hogares.
Bienvenido a este viaje de descubrimiento. Nuestro deseo es que para ti sea enriquecedor estar más cerca del sentido de tu apoyo a ACNUR.
El registro es el pasaporte de los refugiados para volver a conectar con el mundo…
Nuestra misión es proteger a las personas que han sido forzadas a huir de su hogar y el primer paso para hacerlo es garantizar que su existencia siga siendo reconocida, que dispongan de un documento de identidad válido.
El proceso de registro es trascendental en la vida y en el futuro de un refugiado, puesto que sin documentación sus derechos humanos fundamentales se ven amenazados y, en un plano más profundo, sin ella simplemente desapareces como sujeto, te vuelves invisible.
Aunque el registro de refugiados y demandantes de asilo es responsabilidad de los Estados, ACNUR asume un papel clave a nivel operativo cuando se le solicita apoyo en esta compleja tarea, para la cual está añade eficiencia, alcance, tecnología y especialización. Desde 2004, el proceso se lleva a cabo vía ProGres, una innovadora base de datos de ACNUR en uso en más de 70 países.
Accede al informe “Un mundo en movimiento” y conoce como ACNUR utiliza la tecnología para mejorar la protección y asistencia a los refugiados.
El refugio es esencial para reducir el trauma experimentado por las familias desplazadas
La provisión de refugio, tras el registro, es el siguiente paso para garantizar la protección de refugiados y desplazados. Pero el refugio es mucho más que un techo para proteger de las inclemencias del tiempo; es la piedra angular para que una familia recupere su dignidad, para que pueda proteger a sus hijos, para prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas, para sustentar la educación, salud y nutrición, agua, saneamiento y energía.
Un refugio adecuado contribuye a la consolidación de la paz y a la potenciación de la comunidad, proporcionando una plataforma para la recuperación social y económica, tanto para los refugiados como para la comunidad local que los acoge.
ACNUR implementa soluciones de refugio sostenibles para ayudar a las familias de refugiados durante emergencias, durante su exilio y, finalmente, cuando son reubicados de forma permanente.
La salud es un derecho humano, y en ACNUR nos aseguramos de que sea respetado
Las personas que han sido forzadas a huir a menudo han experimentado situaciones terribles. Recuperar y mantener su buen estado de salud es fundamental para que puedan sobrevivir y empezar a reconstruir sus vidas.
Todas las personas que registramos reciben una tarjeta de registro sanitario que se actualiza cada vez que reciben controles de salud. Pero nuestro trabajo no se limita a proporcionar asistencia médica y psicológica. En ACNUR la asistencia sanitaria es holística; nuestra estrategia contempla intervenciones en los ámbitos de nutrición y seguridad alimentaria, acceso al agua potable, al saneamiento y a la higiene, medidas para avanzar en la lucha contra el VIH y fomentar la salud reproductiva, además de la incidencia para mejorar las políticas de salud pública en los entornos en los que trabajamos.
En ACNUR contamos con más de 60 años de experiencia tratando con movimientos masivos y súbitos de personas durante y post-conflictos alrededor del mundo. Además, formar parte del sistema de las Naciones Unidas, nos permite interactuar con los gobiernos al más alto nivel, para plantear y dar respuesta a las necesidades de refugiados y desplazados quienes de otro modo serian ignorados.
ACNUR tiene un compromiso firme con la educación de todos los niños y niñas refugiados
Nuestros datos sugieren que cerca del 40% de niños y niñas refugiados no pueden acceder a la educación, una realidad que nos hemos propuesto cambiar.
En ACNUR queremos que todos los niños tengan la oportunidad de un futuro brillante, a pesar de su situación de refugiados. Por ello estamos priorizando nuestro trabajo en 12 países con grandes poblaciones de niños y niñas refugiados en edad escolar, y que necesitan infraestructuras y equipamiento educativo, alternativas a la educación estándar y profesores formados. Pero todo ello sería insuficiente sin la participación comunitaria, clave en la estrategia educativa.
Trabajamos con los padres y con líderes comunitarios para alentar que envíen a sus hijos a la escuela, especialmente a las niñas, informando sobre como la educación puede cambiar las vidas y mejorar las perspectivas de futuro de sus hijos.