Lejos de su familia y solos, los menores no acompañados enfrentan inseguridad, falta de protección o el riesgo de sufrir abusos, violencia y explotación.
Solos y desprotegidos
Los niños también huyen, y lo hacen por muchos motivos. La pobreza, los desastres naturales, la desestructuración familiar, la desprotección institucional o la imposibilidad de forjarse un futuro, son razones que pueden empujar a un menor a huir. Pero también huyen de la guerra, los conflictos o por miedo a la persecución o a sufrir situaciones que impliquen violaciones de derechos humanos.
Por su situación de especial vulnerabilidad por el hecho de ser menores de edad, pueden sufrir prácticas tan atroces como la explotación sexual o laboral, el reclutamiento forzoso, la mutilación genital, crímenes de honor, violencia o matrimonio forzoso.
Muchas veces, estos menores no acompañados no saben que por las circunstancias que han vivido podrían ser reconocidos como niños refugiados o recibir algún tipo de protección internacional.
ACNUR trabaja para darles protección, comida, refugio, pero necesita fondos. Los menores no acompañados te necesitan. ¡Envía ayuda!