El secuestro de niñas: las peores atrocidades de Boko Haram
Desde 2004, más de 27.000 personas han muerto en manos de Boko Haram en Nigeria. En 2018, los ataques, asesinatos y secuestros perpetrados por Boko Haram arrasaron las casas de miles de personas que tuvieron que desplazarse en busca de un lugar seguro donde refugiarse. Más de 1,7 millones de personas siguen sin poder volver a sus casas.
Miles de mujeres, niñas y hombres víctimas de este conflicto olvidado necesitan ayuda para poder tener un techo, comida, agua potable o educación tras huir del conflicto.
Las mujeres son las principales víctimas de Boko Haram. A menudo, son usadas como arma de guerra. Es el caso de Boussam, una de las 200 niñas secuestradas por Boko Haram, que no puede olvidar el horror desde su nuevo hogar: un campo de refugiados en Níger.
La situación de las mujeres y niñas nigerianas se suma a los riesgos de vulneración de otros derechos humanos: mutilación genital femenina, tráfico sexual, violencia de género y falta de oportunidades.
Al menos, 2.000 mujeres y niñas han sido secuestradas por Boko Haram. Algunas de ellas han sido obligadas a casarse con sus secuestradores o convertidas en esclavas sexuales.
7,1
millones de personas afectadas por el conflicto de Boko Haram.
276.850
refugiados.
2,5
millones de personas viven desplazadas en regiones de Nigeria alejadas del conflicto.
Camiones de ACNUR transportan a los refugiados desde la frontera hasta los campos
La llegada a un refugio seguro es el punto de partida de una nueva vida para los millones de nigerianos que huyen de la violencia de los insurgentes en el norte de Nigeria. Una vez allí, ACNUR les proporciona alimento, materiales de emergencia, agua, refugio y asistencia sanitaria. Aún les queda un largo camino por delante, posiblemente años, hasta que puedan volver a sus casas.
Durante todo ese tiempo, las víctimas dependen de la ayuda humanitaria para poder sobrevivir, seguir teniendo acceso a alimentos y agua potable, o incluso educación para niños refugiados como Falmata e Ibrahim.
Durante 2018, ACNUR distribuyó ayuda de subsistencia a 2.050 familias desplazadas; 167.700 desplazados internos y retornados han obtenido documentos civiles que les permite moverse libremente y reducir los riesgos de apatridia; 40 grupos de refugiados han recibido 40 hectáreas de cultivo en Camerún, donde también han sido escolarizados 17.354 niños.
“Mataban a los niños en las calles. Disparaban contra mujeres embarazadas. Todo el mundo estaba aterrorizado”.
Bala, refugiado nigeriano.