El frío que a veces pasamos aquí, hace que no dejemos de pensar en el frío que miles de las familias están pasando en campos de refugiados, huyendo de conflictos bélicos y a los que les han arrebatado de golpe su bienestar. Debe ser muy duro ver como tus hijos tienen riesgo de perder la vida por hipotermia y no poder hacer nada para salvarles.
Nos ha llegado esta campaña de ACNUR y queremos hacer un llamamiento a todas las familias y colegios del Club ADAI para ayudar URGENTEMENTE con un donativo puntual, a conseguir mantas, tiendas y estufas.
El invierno es uno de los momentos más duros del año para ser refugiado. En las últimas semanas, muchas familias desplazadas se están viendo obligadas a afrontar temperaturas heladoras. En muchos lugares del mundo donde viven personas desplazadas, en esta época del año las temperaturas están descendiendo hasta los -20ºC. Mantener los refugios calientes y secos es un reto. En invierno, tu calor les da vida.
ACNUR alerta de que para muchos de los desplazados forzados que hay en el mundo este invierno está siendo un desafío mucho mayor que el de los últimos años. Muchas familias no tienen otra opción que elegir entre comida o calor, y se enfrentan a enormes dificultades para calentar sus hogares, conseguir ropa de abrigo y cocinar comida caliente.
Miles de refugiados están afrontando el frío del invierno a la intemperie o en refugios precarios.
Las bajas temperaturas amenazan a muchas familias que han tenido que huir de sus países y se encuentran sin nada, atrapados entre fronteras o tratando de sobrevivir en los países de acogida.
En Ucrania, millones de personas se han quedado sin casa o están viviendo en hogares con ventanas, techos o paredes destrozados a causa de la guerra. Para muchas de estas personas, este es su primer invierno como desplazados internos y se enfrentan a temperaturas de hasta -20 ºC.
Necesitan refugios, ropa de abrigo y mantas desesperadamente.
La situación es crítica.
En Afganistán, donde las temperaturas invernales están bajando hasta los -15 °C en todo el país, muchas personas desplazadas y familias afectadas por el conflicto sobreviven en refugios improvisados. La mayoría no tiene acceso a electricidad y no puede permitirse comprar combustible para la calefacción.
Se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad.
En Irak y Siria, 3,4 millones millones de desplazados internos y refugiados viven su duodécimo año de desplazamiento forzado. Los países a los que han tenido que desplazarse son Líbano, Jordania y Egipto.
Sus refugios no están acondicionados para las heladas que están llegando, y necesitan urgentemente combustible, mantas y ropa para todo el invierno.
Nueve de cada diez personas refugiadas sirias viven en situación de pobreza extrema.
ACNUR ha lanzado una campaña mundial para recaudar fondos para enviar ayuda de invierno a las familias desplazadas durante los meses más fríos del año. Los fondos se destinarán a proporcionar ropa de abrigo, mantas térmicas, materiales para la reparación de sus casas, paneles y lámparas solares, bombonas de gas y ayudas en efectivo para cubrir otras necesidades esenciales cara al invierno, como la calefacción.
El apoyo recibido hasta el momento es grande, pero insuficiente.
Una manta, un calefactor o un refugio pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.