Ya te hemos contado cómo la educación superior transforma la vida de las personas desplazadas de una manera muy profunda, les permite prosperar y labrarse su propio futuro sin depender de la ayuda humanitaria.
Cada euro destinado a la educación de una persona desplazada tiene un efecto multiplicador porque prepara el camino para el empleo, fomenta la autosuficiencia y ayuda a las personas a desarrollar su potencial y contribuir con sus comunidades de acogida.
Una matrícula universitaria durante un año cuesta 865 €. Esta inversión cambiará su vida para siempre.
La educación no es solo un derecho humano básico; es también un refugio para huir del trauma y una oportunidad para construir un futuro seguro y digno. Tú puedes dar una nueva oportunidad a esos jóvenes que carecen de casi todo, pero tienen lo más importante: las ganas de luchar por un futuro mejor para ellos y para sus comunidades.
* Cada beca incluye tasas de matriculación, gastos de viajes, alojamiento, libros, comida, uniformes y costes administrativos.
"No me imaginaba accediendo a la educación superior. Mi estatus de refugiado era un obstáculo demasiado grande".
Shimiyana, de 24 años, estudia hoy Informática gracias a una beca de ACNUR.