Desde hace un año, Ucrania se ha convertido en un escenario de muerte, destrucción y devastación. La situación es dramática. La invasión rusa ha desencadenado no sólo una grave crisis humanitaria sino también el mayor desplazamiento forzado del mundo. Desde el primer día, ACNUR ha estado proporcionando protección y apoyo tanto en Ucrania como en los distintos países de acogida de los más de 8 millones de personas que han abandonado el país. La población sigue necesitando ayuda porque los bombardeos, la destrucción, la inseguridad y el miedo no han cesado. Por eso, pedimos tu colaboración para seguir apoyando a los que lo han perdido todo.
¡Tu aportación es vital!
Ante esta situación extrema, la población tiene necesidades urgentes de refugio, de servicios de protección y apoyo jurídico y psicológico, especialmente para los más vulnerables como menores no acompañados y separados de tus familias, mujeres y ancianos. Por eso, ACNUR ha estado desde el principio de la guerra sobre el terreno proporcionando ayuda y apoyo a quienes se han visto obligados a huir y lo han perdido todo. Y esto no hubiera sido posible sin los socios y donantes que han respondido con una enorme generosidad desde el principio de esta guerra. Gracias a vuestro apoyo, ACNUR ha prestado asistencia a 4,3 millones de personas y un año después, la ayuda y la solidaridad siguen siendo necesarias para ayudar a millones de personas desplazadas dentro y fuera del país.
ACNUR lleva a cabo una estrategia de respuesta ante este conflicto que consiste en:
8 millones
de personas refugiadas en otros países.
5,3 millones
de personas desplazadas dentro de Ucrania
17 millones
de ucranianos necesitan ayuda humanitaria.
Un año después de la invasión de Rusia a Ucrania la guerra continúa y la inseguridad y el miedo siguen estando presentes en la vida de los ucranianos. El 24 de febrero es el trágico aniversario de este conflicto armado internacional que ha provocado 8 millones de refugiados y casi 5,3 millones de personas desplazadas dentro de las fronteras del país.
Los ataques rusos han provocado la destrucción masiva de infraestructuras civiles y energéticas, lo que ha complicado terriblemente los problemas a los que se enfrenta la población ucraniana que lo ha perdido todo. Muchas familias han perdido sus casas y las que aún se mantienen en pie están gravemente dañadas. Sin casa, sin bienes, sin empleo y en pleno invierno con bajas temperaturas, la población se encuentra en una situación de enorme desprotección y vulnerabilidad. Estas necesidades humanitarias son especialmente agudas en los desplazados internos de larga duración, tanto para los que han permanecido en sus hogares a lo largo del conflicto, sobre todo en el este, como para los que regresan pero aún carecen de servicios básicos, principalmente en el norte y sur del país.
Solo en los 3 primeros meses de guerra más de 800.000 viviendas estaban dañadas o destruidas y esta cifra siguió aumentando. Los ataques rusos a la red eléctrica dejaron a 12 millones de personas sin electricidad en pleno invierno. Todo esto unido a los bombardeos, la violencia armada y por supuesto, los obstáculos para acceder a la educación de muchos niños y niñas no hacen sino complicar aún más la situación. Estas condiciones aumentan la vulnerabilidad de la población ucraniana ante la explotación, la violencia de género y la separación familiar.
"Llevo casi 40 años trabajando en crisis de refugiados y pocas veces he visto un éxodo tan increíblemente rápido de personas”.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.