El invierno es uno de los momentos más duros del año para ser refugiado. En las próximas semanas, muchas familias desplazadas tendrán que afrontar temperaturas heladoras. En muchos lugares del mundo donde viven personas desplazadas, como en Afganistán, en esta época del año las temperaturas pueden descender hasta los -12ºC. Mantener los refugios calientes y secos es un reto. En invierno, tu calor les da vida.
Cada año, cuando se acerca el frío, ACNUR pone en marcha el Plan Regional de Invierno para que la población desplazada en Siria, Iraq, Jordania, Egipto y Líbano pueda hacer frente a las temperaturas bajo cero. ACNUR lleva a cabo este plan para apoyar a los desplazados internos y a los refugiados en Oriente Medio en los difíciles meses de invierno, especialmente entre noviembre y febrero. Para ello, distribuye ayudas económicas y proporciona refugios y ropa de abrigo.Este año, debido a la situación en Afganistán más personas desplazadas van a necesitar ayuda contra el frío en la zona. Una manta, un calefactor o un refugio pueden salvar vidas. ACNUR está sobre el terreno proporcionando asistencia a los más vulnerables, pero no puede hacerlo solo. Tu apoyo es vital.
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Once inviernos consecutivos como refugiados
Miles de refugiados afrontan el frío del invierno a la intemperie o en precarios refugios en Siria, Irak, Jordania, Turquía, Egipto o Afganistán. Las bajas temperaturas amenazan a muchas familias que han tenido que huir de sus países y se encuentran sin nada, atrapados entre fronteras o tratando de sobrevivir en los países de acogida.
Durante los meses de invierno para los refugiados el frío constituye una amenaza a su salud y a su vida. Una manta, un calefactor o un refugio seguro pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
ACNUR estima que alrededor de 3,8 millones de refugiados sirios e iraquíes, así como desplazados internos y refugiados de otras nacionalidades, necesitarán asistencia adicional durante este invierno. Para muchas personas este será el undécimo invierno consecutivo lejos de su hogar. Además, la pandemia ha tenido un impacto enorme en la pobhlación refugiada. La mayoría atraviesa una situación crítica debido a la falta de medios de vida.
Para cumplir su plan de invierno, ACNUR necesita 193,4 millones de euros. El apoyo recibido hasta el momento es grande, pero insuficiente. Una manta térmica o un calefactor puede salvar la vida de una persona. Envía ayuda a los refugiados para afrontar el frío invierno.