Nueva amenaza: el frío Nueva amenaza: el frío

Nueva amenaza: el frío

En invierno, tu calor les da vida

Cuando llega el frío, una manta, un calefactor o un refugio pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte para una persona refugiada. La crisis climática provoca temperaturas cada vez más extremas y la población refugiada es tremendamente vulnerable ante estos eventos climatológicos. La llegada del invierno provocará un mayor sufrimiento a estas personas que lo han perdido todo y luchan por sobrevivir.

Colabora con nosotros para que podamos hacerles llegar algo de calor en la estación más dura del año.

El invierno: la estación más dura

Desgraciadamente, las catástrofes naturales son cada vez más frecuentes, intensas e impredecibles en todo el planeta. Tormentas, inundaciones, terremotos y por supuesto, temperaturas extremas que afectan especialmente a millones de personas desplazadas. Esta población es tremendamente vulnerable ante estos fenómenos meteorológicos adversos, ya que, viven en "puntos calientes" que son más susceptibles de sufrirlos y además, no disponen de lo necesario para adaptarse a ellos y, por tanto, se ven afectados de manera desproporcionada.

A medida que se acerque el invierno, aumentará el sufrimiento de la población desplazada a la que esta estación afecta de manera significativa. Por ejemplo, los sirios desplazados en todo Oriente Medio se enfrentan a tormentas de nieve, inundaciones y temperaturas bajo cero. En Afganistán, las familias sufren por tercer año un declive económico paralizante y las secuelas de décadas de conflictos y catástrofes naturales como inundaciones, sequías y terremotos. Allí, al igual que en Irán y Pakistán, donde muchas familias afganas han huido a lo largo de los años, la situación está empeorando. Las familias desplazadas están expuestas a menudo al frío extremo y a la nieve, tanto en ciudades de gran altitud como en aldeas remotas, y muchas lo han perdido todo en el último terremoto devastador.

Por otro lado, millones de personas que han huido de la guerra en Ucrania se enfrentarán a su segundo invierno desarraigadas de sus hogares o viviendo en casas destruidas y con cortes de electricidad. Dondequiera que estén, millones de personas obligadas a huir se enfrentan a una temporada invernal extremadamente difícil.


madre e hijo

Foto: © ACNUR/Julian Busch

Este invierno, a falta de soluciones pacíficas a algunas de las crisis de desplazamiento más difíciles, las necesidades humanitarias de los refugiados y las familias desplazadas siguen aumentando. Se calcula que a finales de 2022 ya había 108,4 millones de personas desplazadas en todo el mundo, y esta cifra sigue creciendo y, actualmente, se estima que hayamos llegado a los 114 millones.

Más de 1 de cada 74 personas en todo el mundo seguía desplazada por la fuerza, casi el 90% de ellas en países de renta baja y media. El total de finales del año 2022 representa un aumento de 19 millones en comparación con finales de 2021, siendo el mayor aumento, según las estadísticas de ACNUR. Más de la mitad del aumento se debió al número récord de refugiados, solicitantes de asilo y otras personas necesitadas de protección internacional que se vieron obligados a huir durante 2022.

La subida de los precios de la energía y las materias primas a nivel mundial generada por la invasión a gran escala de Ucrania también ha afectado negativamente a muchas comunidades que ya eran muy frágiles, aumentando aún más la vulnerabilidad de las personas desplazadas. Esto se ha visto agravado por el impacto persistente de la pandemia de COVID-19. Aunque las medidas restrictivas aplicadas durante la pandemia han remitido en todo el mundo, sus repercusiones a largo plazo sobre el bienestar de la población mundial están empezando a comprenderse ahora. El impacto ha sido especialmente grave en los grupos de población vulnerables, como los que se han visto obligados a huir, y en las niñas y niños.

familia alrededor de estufaFoto: © ACNUR/Andrew McConnell.

ACNUR responde ante el frío

Este invierno, millones de refugiados y familias desplazadas afrontan aún más dificultades al intentar mantener sus frágiles hogares calientes y secos, y a sus familias sanas durante los duros meses de la estación.

Los conflictos, el cambio climático y la inseguridad alimentaria siguen empujando a las poblaciones más vulnerables a buscar entornos más seguros donde vivir en paz y proteger a sus familias. La mayoría de las personas desplazadas forzosas proceden de países muy vulnerables al clima (el 40% de los refugiados están acogidos en países de este tipo). ACNUR está redoblando sus esfuerzos para reducir los riesgos relacionados con el clima para estas comunidades extremadamente vulnerables.

Y es que a medida que nos acercamos a los meses fríos, la ayuda financiera es más necesaria que nunca para proteger a las familias vulnerables de Siria, Líbano, Jordania, Egipto, Ucrania, Afganistán, Irán y Pakistán antes de que lleguen los duros meses de invierno.

La respuesta al invierno es una de las principales prioridades del ACNUR para los próximos meses. Su apoyo financiero ayudará a:

  • Impermeabilizar casas y refugios para el invierno.
  • Asistencia en efectivo durante los meses fríos, cuando es más necesaria.
  • Proporcionar artículos básicos de emergencia para el invierno; mantas, termos, kits de refugio para impermeabilizar, lámparas solares, etc.

A lo largo de los meses de invierno, el personal del ACNUR trabajará sin descanso para proporcionar ayuda urgente y apoyo humanitario a los refugiados y desplazados, con el fin de ayudarles a sobrevivir a las duras condiciones de los largos meses de la estación más dura del año.

Ahora es el momento de actuar. Este invierno, por favor, muestra tu solidaridad y colabora apoyando a la población refugiada y desplazada, sean quienes sean y huyan de donde huyan.

Con tu donativo, ACNUR:

Entrega de materiales

Mantas, estufas, latas de keroseno, lonas de plástico, lámparas solares.

Mejora los refugios

Se revisan y reparan refugios e instalaciones en mal estado para protegerles del frío.

Envía ayudas económicas

Dan flexibilidad e independencia a los beneficiarios para cubrir sus principales necesidades.
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