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Niños con deficiencia visual
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recibieron unas gafas especiales a través de ACNUR.
Con 8 €
un niño puede empezar a ver correctamente.
Una gafas graduadas pueden determinar la educación y el futuro de un niño refugiado. La falta de recursos de la población refugiada hace que miles de niños que padecen alguna enfermedad ocular no puedan pagarse unas gafas que les permitan cursar sus estudios. Muchos de ellos no llegan a estudiar porque sencillamente tienen dificultades para leer.
Poder ir al colegio, llevar una vida normal o no arrastrar problemas oculares que pueden ser irremediables en el futuro son algunos de los beneficios de poder llevar gafas desde pequeños. Ayúdanos a conseguir unas gafas para cada niño refugiado. Unas gafas son el puente hacia su educación.
Muchos niños ya han recibido gafas con la ayuda de ACNUR, pero necesitamos más ayuda para que todos puedan hacer vida normal, ir a la escuela y no registrar mayores problemas en el futuro.