Vidas interrumpidas en el Líbano Vidas interrumpidas en el Líbano

Vidas interrumpidas en el Líbano

Ayuda a Líbano

Desde el 23 de septiembre de 2024, los intensos ataques aéreos israelíes en el Líbano han provocado más de 600 víctimas mortales. Además, se calcula que unas 100.000 personas (tanto libanesas como sirias) han cruzado del Líbano a Siria desde la escalada de las hostilidades. Aproximadamente el 60% de las personas desplazadas son sirias, mientras que el 40% son libanesas. Estas son las historias de algunos de ellos…

Historia de Shaza

Ella es Shaza Faris, una mujer siria de 59 años que tuvo que huir de su hogar en Bourj Barajneb, en los suburbios del sur de Beirut, como consecuencia de los bombardeos israelíes. Huyó a pie junto a 30 miembros de su familia hasta al barrio de Barbir. Esta es la segunda vez que Shaza huye de su hogar, ya que también lo hizo de Damasco en 2013, debido a la guerra de Siria. Ahora está junto a su numerosa familia hacinados en un apartamento de tres habitaciones con su hermano, su esposa y sus cuatro hijos.

Foto: © ACNUR/Ximena Borrazas.

Shaza a pesar de estar sufriendo el desplazamiento de ella y su familia, trabaja como voluntaria para la ONG Cáritas y continúa ayudando a todas las personas que lo necesiten. Cuenta que se encargan de las personas desplazadas, que intentan ayudarles proporcionándoles alojamiento, alimentos, etc. Atienden tanto a libaneses, como sirios o palestinos, “todos somos seres humanos”, dice Shaza.

Las nietas de Shaza: Layen, de 9 años, Intissan, de 7, y Shahd, de 3. Foto: © ACNUR/Ximena Borrazas.

Historia de Ali

El libanés Ali Trad posa en la imagen junto a su nieto en un refugio colectivo en Beirut (Líbano). Ali estaba ayudando a su vecino a recoger sus cosas para la huida cuando empezaron los ataques aéreos. Huyó de su pueblo natal en Maarake, al sur del Líbano, tras la intensificación de los bombardeos israelíes en el país desde el 23 de septiembre. La Fundación Makhzoumi, colaboradora de ACNUR, ha proporcionado casi 700 colchones y cerca de 800 mantas en seis de estos emplazamientos colectivos en Beirut y el Monte Líbano.

Ali huyó de la escalada de violencia en Líbano sin nada más que la voluntad de sobrevivir, sin dinero ni ropa. Las condiciones son tremendamente difíciles para personas como Ali. Por eso son muchas las familias que se ven obligadas a escapar a zonas más seguras en busca de refugio y artículos de primera necesidad. Miles de personas están viviendo una terrible realidad.

Foto: © ACNUR/Houssam Hariri

Historia de Umm

Umm Hassan es la mujer de la imagen. Ella fue una de las personas que habló con Filippo Grandi, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, cuando visitó la escuela de Beirut en la que vive ella junto a su familia.

Foto: © ACNUR/Ximena Borrazas.

Libanesa de una ciudad en el sur llamada Nabatieh, Umm Hassan tuvo que huir con su hija y sus nietos después de que su casa fuera dañada por las bombas. Tras dos días de duro viaje en carretera llegaron a la capital, donde ella y su hija pasaron varios días durmiendo a la intemperie, mientras los niños dormían resguardados en el coche. Días después encontraron espacio en esta escuela donde comparten aula con otra familia desplazada. Duermen sobre colchones en el suelo con todas sus pertenencias, lo poco que han conseguido llevarse, guardadas en bolsas de plástico.

En la escuela en la que está Hassan, viven otras 1.200 personas. Todas esperan que el fin de los ataques llegue pronto y puedan regresar a sus hogares. Hassan afirma: "Esperamos volver a casa y que esta situación se resuelva, que todas las personas desplazadas vuelvan a su hogar. Esperamos poder... reconstruir y volver a vivir como antes”.

Las condiciones no son las más cómodas, pero al menos están protegidos y tienen un lugar en el que resguardarse y no estar a la intemperie.

Historia de Mohamad

En la imagen, Mohamad habla con un miembro del personal de ACNUR. Él, su esposa junto a sus cuatro hijos y sus cinco nietos cruzaron a pie la frontera con Siria. Justo después de que abandonaran su casa en Bekaa (Líbano), un ataque aéreo la destruyó por completo.

24 horas tras el momento en el que se hizo la foto, la familia de Mohamad no había recibido alimentos y no sabía qué hacer. Simplemente esperaban que alguien les ayudase.

Foto: © ACNUR/Ola Kabalan

De Líbano hasta Siria

Se calcula que Líbano acoge a 1,5 millones de refugiados sirios y a más de 11.000 refugiados de otros países. Como consecuencia de estos últimos ataques aéreos en el país, miles de libaneses y sirios han huido a Siria. ACNUR y sus socios, están presentes en la frontera, proporcionando alimentos, agua, mantas y colchones.

ACNUR está respondiendo a las necesidades de las personas desplazadas en todo el Líbano, en coordinación con las autoridades y otras organizaciones humanitarias, para ayudar a los civiles con refugio, atención sanitaria y apoyo psicosocial. La situación humanitaria en Siria sigue siendo desesperada; el terremoto de 2023 y el prolongado conflicto han dejado infraestructuras críticas destrozadas y a millones de personas necesitadas de ayuda. Esto es lo que se van a encontrar estas personas una vez que crucen la frontera, un país destruido por la guerra.

Sean de donde sean las personas desplazadas lo único que quieren cada una de ellas es que cesen los ataques y poder volver a sus hogares. Todas quieren una vida tranquila, en paz y segura.