La guerra es la única realidad que muchos niños y niñas yemenís han conocido. Son 10 años de conflicto que han dejado al país en una profunda crisis humanitaria, una de las peores de nuestro tiempo, según la ONU. La población yemení necesita ayuda urgente y el mundo parece haberse olvidado de un conflicto estancado que está dejando consecuencias que van a perdurar muchos años.
Además en agosto se han producido inundaciones debido a las fuertes lluvias que han afectado a más de 100.000 personas. Esto se une a la violencia armada existente en el país y a la crisis económica que sufren y ponen en riesgo a la población que necesita ayuda. Por favor, colabora y no dejes que caigan en el olvido.
En verano tiene lugar la temporada de lluvias torrenciales que provocan graves inundaciones. En agosto de este año, las lluvias han devastado partes de Yemen, afectando a más de 100.000 personas y destruyendo viviendas, incluyendo campos que albergan a familias desplazadas. Solo en Marib, se informó que más de 6.700 albergues fueron destruidos, dejando a más de 8.400 familias desplazadas sin hogar.
Infraestructuras críticas como carreteras, líneas eléctricas e instalaciones de agua y saneamiento también han resultado gravemente dañadas, dejando a las comunidades sin acceso a servicios esenciales y obligando a miles de personas a desplazarse. El riesgo riesgo de inundaciones repentinas en las principales cuencas hidrográficas, ponen en peligro la infraestructura y los medios de vida, y pueden provocar derrumbes de laderas y deslizamientos de tierra en terrenos escarpados.
Yemen es uno de los países más vulnerables al cambio climático y las fuertes lluvias pueden tener consecuencias extremadamente graves para una población que sufre ya la guerra y el hambre. Uno de los efectos más graves es la falta de agua segura para el uso y el riesgo que eso conlleva.
4,8 millones
de personas desplazadas en Yemen.
+ de 2/3
de la población vive por debajo del umbral de pobreza.
17 millones
de personas padecen hambre en Yemen.
Yemen lleva 10 años viviendo bajo las bombas, pero, sin duda, hay algo que también está matando a la población y es el hambre. El país sigue enfrentándose a una crisis humanitaria devastadora y sin precedentes que ha provocado 4,8 millones de desplazados internos (el 80% mujeres, niñas y niños) y más de dos tercios de la población está viviendo por debajo del umbral de pobreza.
A pesar del sufrimiento de la población y su situación de extrema pobreza y hambruna, Yemen es un país tremendamente generoso, ya que, acoge a unos 100.000 refugiados y solicitantes de asilo de otros países devastados por la guerra. De hecho, es el único país de la península arábiga que ha firmado distintos acuerdos para la protección de los refugiados. Las comunidades yemeníes están desbordadas y aun así, siguen ayudando a personas de otros lugares.
La brutal combinación de graves inundaciones, violencia armada y crisis económica amenaza con perturbar la agricultura y aislar a comunidades enteras del suministro de alimentos y la asistencia de emergencia. Según la OCHA, más de 17 millones de personas padecen hambre, cifra que se prevé que alcance los 18 millones para febrero de 2026.
En zonas donde se han reducido las hostilidades y han mejorado la estabilidad y la seguridad, los efectos de la prolongada crisis persisten. El grave deterioro de las condiciones económicas, de las infraestructuras civiles y el colapso de los servicios básicos son los principales factores de vulnerabilidades y necesidades a gran escala en todo el país.
La población infantil, en particular, arrastra daños psicológicos de años de violencia y desplazamiento. Las mujeres se enfrentan a numerosos riesgos, como el restrictivo acceso a la salud reproductiva y a los servicios la violencia de género. La población con discapacidad también sigue sufriendo las consecuencias del conflicto.
Desde el inicio del conflicto, ACNUR está en terreno proporcionando material de emergencia, ayudas económicas para comprar medicinas y comida, servicios psicosociales y otros tipos de asistencia a los desplazados por el conflicto. También está ayudando a los más de 100.000 refugiados y solicitantes de asilo que están en el país, la mayoría de Somalia. Trabaja día y noche para garantizar que las personas desplazadas por la guerra en Yemen reciban la protección que necesitan.
ACNUR sabe cómo salvar vidas y para ello es imprescindible recibir la financiación necesaria. A día de hoy, más de 17 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en Yemen y ACNUR ya ha anunciado que el déficit de financiación en el país está poniendo en peligro el suministro de ayuda humanitaria para poder salvar vidas.
Las necesidades humanitarias seguirán siendo elevadas en los próximos años. Yemen sigue enfrentándose a una compleja crisis de protección que impulsa las necesidades humanitarias en el país. La crisis se caracteriza por víctimas civiles, desplazamiento a gran escala y marginación en todo el país.