Después de décadas de conflicto e inseguridad, el país vive, desde 2023, violentos enfrentamientos entre milicias paramilitares y fuerzas gubernamentales. Desde principios de 2025, la situación humanitaria se ha ido deteriorando rápidamente. La violencia está llevando a miles de personas a verse obligadas a abandonar sus hogares. Las familias huyen traumatizadas, con cicatrices físicas y psicológicas. Muchas denuncian haber sufrido abusos, algunos sexuales, durante su huida.
A esto se une las inundaciones por las intensas lluvias del pasado mes de abril que causaron más de 11.000 desplazados internos.
La situación es devastadora. Puede que República Democrática del Congo no sea un conflicto tan visible, pero su población necesita ayuda urgente.
1,1 millones
de personas congoleñas refugiadas y solicitantes de asilo.
7,8 millones
de personas desplazadas dentro de la República Democrática del Congo.
520.000 personas
refugiadas y solicitantes de asilo que acoge República Democrática del Congo.
Para comprender el contexto de la República Democrática del Congo hay que explicar que es un país que lleva décadas de conflictos que han arrastrado a la población a una situación de vulnerabilidad y necesidad de asistencia humanitaria. Este es el resumen de lo que ha pasado en los últimos tiempos:
Toda esta violencia está provocando saqueos, personas heridas, violaciones, secuestros, interrupciones en los servicios esenciales como agua, electricidad o internet y, por supuesto, desplazamientos. Cientos de miles de personas han huido de zonas de conflicto, pero la capacidad de acogida está desbordada.
La situación humanitaria se está deteriorando. Más de 28 millones de personas sufren actualmente inseguridad alimentaria aguda, la cifra más alta jamás registrada en el país. Al mismo tiempo, la Organización Mundial de la Salud informa de que el este de la RDC sigue enfrentándose a múltiples emergencias sanitarias superpuestas, como el cólera, el Mpox y el sarampión.
La vigilancia del Grupo Sectorial de Protección dirigida por ACNUR sigue documentando violaciones generalizadas de los derechos humanos en todo el este de la RDC. En Kivu Norte, en marzo se registró un aumento del 182% en las denuncias de abusos en comparación con el mes anterior, en parte debido a la ampliación de la vigilancia en el territorio de Beni. Las violaciones incluyen extorsiones, saqueos, secuestros y violaciones. Mientras en el territorio de Fizi, en Kivu del Sur, según informes, continúa el reclutamiento de niños soldado por parte de grupos armados. Muchas mujeres y niñas son objeto de violencia sexual en su huida y muchas se ven obligadas a ejercer el trabajo sexual de supervivencia para alimentarse a sí mismas y a sus familias.
"La crisis en la República Democrática del Congo se agrava. Sólo este mes se han desplazado medio millón de personas más. En Goma y más allá, los desplazados se están quedando sin lugares donde huir de la violencia. Lejos de los focos, se trata de una grave emergencia".
Filippo Grandi, Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados.
La inestabilidad de la región provoca que en algunos lugares del este del país las operaciones humanitarias tengan que suspenderse o restringirse. ACNUR y sus socios siguen llevando a cabo intervenciones de protección en Kivu del Norte y Kivu del Sur, entre ellas se incluye la formación de miembros de comités de refugiados y líderes comunitarios para promover la coexistencia pacífica, con sesiones de concienciación e intercambio comunitario. En Kivu del Sur se siguen identificando y siguiendo casos de protección de menores y de violencia sexual, y se presta apoyo médico y psicosocial a los supervivientes, incluidos los menores.
ACNUR y sus socios en los países vecinos (Ruanda, Uganda, Tanzania y Burundi) están en alerta máxima ante posibles movimientos transfronterizos. Se están llevando a cabo actividades de preparación, como la revisión de los planes de contingencia, la mejora de la vigilancia fronteriza y la evaluación de las reservas de suministros de emergencia. En Burundi, los recién llegados se trasladan al centro de refugiados de Musenyi, en la provincia de Rutana, donde ya hay más de 17.000 refugiados. Además de los servicios críticos de protección, ACNUR está proporcionando ayuda alimentaria, artículos no alimentarios, ayuda en efectivo y refugio.