No les han traído al mundo, pero se convierten en sus madres por decisión propia. En la huida, muchas mujeres refugiadas adoptan a menores no acompañados que viajan sin protección. Este gesto de bondad salva a los niños de la explotación y del abuso y les proporciona esperanza en el momento que más lo necesitan. En el Día de la Madre, tu apoyo tienen un efecto multiplicador: ayudas a las madres y a sus hijos adoptivos.
“Ahora la quiero como a mis propios hijos. Alguien tenía que darle un hogar, darle un lugar seguro donde vivir”.
Aisha, madre adoptiva de Mercy, de cuatro años.