12 millones de niñas se casan antes de los 18 años cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El matrimonio infantil les roba la infancia, el futuro y la salud; obstaculiza el derecho a la educación e impide la igualdad de género. La educación es un arma de protección porque ayuda a prevenir el matrimonio infantil.
1 de cada 5
niñas en el mundo se casa antes de los 18 años, según la UNPFA.
36 %
de las niñas que viven en países subdesarrollados se casan antes de los 18 años, según la UNPFA.
650 millones de mujeres y niñas en el mundo se han casado antes de cumplir los 18 años en las útlimas décadas. Según la UNESCO, si todas las niñas terminaran la escuela primaria, el matrimonio infantil se reduciría en un 14 %. Si todas ellas finalizaran la educación secundaria, la cifra se desplomaría un 64 %. La educación es especialmente importante para las mujeres y las niñas refugiadas, ya que enfrentan los mayores riesgos del desplazamiento forzado. Sin educación, la brecha de género se perpetúa.
La falta de acceso a la educación y la pobreza, agravadas por la COVID-19, son las principales razones que obligan a las niñas a dejar sus estudios y casarse.
El riesgo de que se produzcan matrimonios infantiles es mayor en los países que albergan personas refugiadas o en aquellos que sufren conflicto y desplazamiento forzado. La pandemia de COVID-19 está golpeando duramente en la vida de las niñas en estos lugares: no solamente por su salud física sino también en las economías de sus familias.