"La respuesta internacional a las personas que huyen de la guerra en Ucrania ha sido abrumadoramente positiva. La compasión está viva y necesitamos una movilización similar para todas las crisis del mundo”.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.
La violencia en la República Democrática del Congo obligó al niño de la foto en portada a huir de su hogar el pasado mes de marzo. Durante ese mismo mes, millones de personas abandonaban sus casas en Ucrania debido al conflicto. También en marzo, después de siete años de guerra en Yemen, 4,2 millones de personas permanecían desplazadas dentro del país. La delicada situación en Afganistán ha obligado a más de dos millones de personas a huir a países vecinos. En 2021, más de 3.000 personas murieron o desaparecieron cuando intentaban huir cruzando el Mediterráneo y el Atlántico para alcanzar Europa. Son solo algunos ejemplos de crisis actuales de desplazamiento forzado en el mundo.
“Es un récord que nunca debería haberse alcanzado", ha dicho el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi. La guerra, el conflicto, la violencia, la persecución y las violaciones de los derechos humanos han provocado hasta el momento la huida de 100 millones de personas de sus hogares. Detrás de esta cifra, hay cien millones de historias de desarraigo y sufrimiento.
Según ACNUR, el número de desplazados forzados en todo el mundo aumentó hasta los casi 90 millones a finales de 2021, impulsado por nuevas olas de violencia o conflictos prolongados en países como Etiopía, Burkina Faso, Myanmar, Nigeria, Afganistán y la República Democrática del Congo. Además, la guerra en Ucrania deja más de ocho millones de desplazados internos hasta la fecha y otros seis millones de personas refugiadas en otros países. La suma de estos desplazamientos alcanza los más de 100 millones de huidas en todo el mundo.
"La respuesta internacional a las personas que huyen de la guerra en Ucrania ha sido abrumadoramente positiva", ha dicho Grandi en su intervención. "La compasión está viva y necesitamos una movilización similar para todas las crisis del mundo”, ha añadido.
Solo con llevar la paz a Siria, Ucrania y la República Democrática del Congo permitiría a decenas de millones de personas regresar a sus hogares, reconstruir sus países y retomar sus vidas.
“La ayuda humanitaria es un paliativo, no una cura. Para invertir esta tendencia, la única respuesta es la paz y la estabilidad”.
Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.
ACNUR trabaja cada día para ayudar a salvar vidas, proteger los derechos y construir un futuro mejor para las personas obligadas a huir de sus hogares. La Agencia colabora con las autoridades, las comunidades locales y el sector privado para innovar y ofrecer a las personas desplazadas educación, formación profesional y vías para reasentarse en terceros países o, cuando es posible, para regresar a casa de forma pacífica. Además:
Las consecuencias de la falta de financiación para las personas que se ven obligadas a huir ponen en peligro su vida. La solidaridad es hoy más necesaria que nunca para proporcionar ayuda urgente.