En 2011, pequeños como Safi llevaban una vida normal como cualquier niño. Ahora, queda muy poco del mundo que conocieron. Siria es un país devastado por la guerra y donde casi la mitad de su población ya no vive allí porque se han convertido en refugiados. Algunos, como Safi, perdieron la vida tratando de llegar a Europa. Otros, como la pequeña Asma, llevan años viviendo en una chabola en Líbano.
La mitad de los afectados por la guerra en Siria son niños que, nueve años después del 15 de marzo de 2011, están viendo pasar su infancia entre tiendas en un campo de refugiados, en asentamientos precarios o en barcas hinchables en el mar Mediterráneo.
Hoy más que nunca los niños sirios te necesitan
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