ACNUR presenta el Fondo para la Resiliencia Climática

La emergencia climática es una realidad que provoca desplazamientos tanto dentro como fuera de las fronteras de los países afectados. Inundaciones, sequías prolongadas, ciclones… afectan de manera directa y en mayor medida a las personas que tienen menos recursos.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, trabaja de forma incansable para proteger y asistir a los más de 114 millones de personas desplazadas por la fuerza y es plenamente consciente de que la crisis climática es una de las principales causas de desplazamiento. Por eso, ACNUR ha presentado el Fondo para la Resiliencia Climática con el propósito de impulsar la protección de las comunidades refugiadas y desplazadas que corren más riesgo a causa del cambio climático.

Este fondo se ha creado con el fin de garantizar que las personas desplazadas por la fuerza que huyen o viven en países vulnerables al clima, estén protegidas y sean resilientes al impacto del cambio climático. Este se centrará exclusivamente en los esfuerzos de financiación para proteger a estas comunidades proveyéndolas de todo lo necesario para prepararse, resistir, tener acceso a recursos sostenibles y recuperarse de la crisis climática.

El Fondo facilitará la financiación y la acción climática directa para las personas desplazadas, refugiadas, apátridas y a las comunidades de acogida. Las contribuciones al Fondo ampliarán el alcance de las intervenciones relacionadas con el clima, permitiendo a ACNUR invertir en proyectos para ayudar a las personas desplazadas climáticas. Se pretende recaudar 100 millones de dólares para finales de 2025.

Las contribuciones al Fondo apoyarán actividades que están en línea con el llamado Plan Estratégico el Plan Estratégico de Áreas de Enfoque para la Acción Climática 2024-2030 del ACNUR. Y son principalmente:

• Protección internacional.
• Adaptación/acceso a recursos ambientalmente sostenibles.
• Resiliencia: por ejemplo, construyendo albergues resilientes al clima.
• Mitigación/ecologización de las operaciones de ACNUR: potenciando la restauración ambiental y reduciendo el impacto de la respuesta humanitaria en el entorno.

Este fondo dará prioridad a los proyectos que tengan impacto a nivel local, de tal manera que involucre a las comunidades afectadas en su diseño e implementación y que sean acordes a los planes de desarrollo y las estrategias ambientales nacionales.

• Refugios resilientes al clima y a los fenómenos meteorológicos extremos.
• Incrementar el acceso a la energía solar en entornos de personas refugiadas.
• Mejorar la protección social que responda a las crisis y se adapte al clima y/o la asistencia humanitaria en efectivo.
• Proporcionar soluciones de cocina limpia, como las solares, por ejemplo, como alternativa a la leña como combustible.
• Agricultura resiliente al clima para abordar la inseguridad alimentaria y crear oportunidades de medios de vida.
• Proyectos de infraestructura a pequeña escala para mitigar el impacto del cambio climático.
• Restauración y gestión sostenible de la tierra para abordar el impacto de la respuesta humanitaria.
• Coordinación e involucración con comunidades de acogida relacionadas con la convivencia pacífica en un contexto de escasez de recursos naturales.
• Manejo forestal sostenible para proteger del clima extremo y combatir la deforestación al crear asentamientos o campamentos.
• Cadena de suministro más sostenible y eficiente, haciendo las operaciones de ACNUR más ecológicas, al igual que los artículos básicos.

Según los datos que maneja ACNUR se ha identificado 22 países que sufrirán más las consecuencias de la crisis climática y cuya situación empeorará para 2030. Esos países que tendrán prioridad para recibir financiación del Fondo para la Resiliencia Climática son:

• África: Burkina Faso, Camerún, Etiopía, República Centroafricana, Chad, República Democrática del Congo, Kenia, Malaui, Mauritania, Mozambique, Níger, Ruanda, Somalia, Sudán del Sur, Uganda.
• América: Ecuador y Honduras.

• Asia: Afganistán, Bangladesh, Jordania, Pakistán, Yemen.

Tal y como declara Filippo Grandi, los efectos del cambio climático son cada vez más devastadores y esto agrava los conflictos, destruye los medios de vida y en última instancia, provoca desplazamientos. Las guerras, la pobreza y los riesgos climáticos están estrechamente relacionados y un ejemplo de esto es que, en 2022, más del 70 % de las personas refugiadas huyeron de países vulnerables a los efectos del cambio climático. Por otro lado, un 60 % de las desplazadas y apátridas viven en países que no solo son más vulnerables al cambio climático, sino que están menos preparados para adaptarse a él. Se espera que fondos como este ayuden a las personas afectadas por la crisis climática.