Récord global de desplazamientos forzados que agrava la crisis humanitaria existente Récord global de desplazamientos forzados que agrava la crisis humanitaria existente

Récord global de desplazamientos forzados que agrava la crisis humanitaria existente

17 de junio, 2025

Tiempo de lectura: 4 minutos

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El pasado 12 de junio se publicó el informe anual sobre Tendencias Globales de ACNUR que muestra las estadísticas sobre desplazamiento forzado, incluidas las cifras oficiales más recientes de personas refugiadas, desplazadas internas, solicitantes de asilo y apátridas de todo el mundo.

Según el informe, el número de personas obligadas a abandonar sus hogares a causa de la guerra, la violencia y la persecución en el año 2024 ha alcanzado una cifra sin precedentes. A finales de abril de este año, 122,1 millones de personas vivían en situación de desplazamiento forzado, superando los 120 millones del año pasado. Esto representa la décima subida consecutiva en los niveles de desplazamiento global, consolidando una crisis que se agrava año tras año.

En el informe, ACNUR destaca también un repunte de los retornos voluntarios a países como Siria, aunque advierte también que la mayoría de estos retornos se han dado en condiciones insuficientes de protección y seguridad. El panorama sigue siendo alarmante.

Conflictos sin resolver alimentan el éxodo

Las guerras persistentes en Sudán, Ucrania y Myanmar figuran entre las principales causas del aumento de personas desplazadas. La violencia prolongada en estas regiones ha forzado a millones a huir, tanto dentro de sus propios países como más allá de las fronteras. ACNUR revela que Sudán ha superado a Siria como el país con más personas desplazadas por la fuerza, con un total de 14,3 millones de refugiados y desplazados internos.

“Estamos atrapados en un ciclo donde los conflictos se perpetúan, las soluciones políticas se estancan y las personas pagan el precio con su seguridad y su dignidad”, declaró Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados. “El mundo necesita redoblar los esfuerzos diplomáticos para frenar las guerras y ofrecer alternativas reales a quienes se ven obligados a huir”.

En total, 73,5 millones de personas están desplazadas dentro de sus propios países y otras 42,7 millones han cruzado fronteras en busca de refugio. Afganistán y Ucrania también figuran entre los países con cifras más elevadas, con 10,3 y 8,8 millones de desplazados, respectivamente.

Foto: © ACNUR/Andrew McConnell.

Una carga que recae sobre los países más vulnerables

Pese a que la percepción pública en las naciones más ricas suele señalar una “avalancha” de refugiados, la realidad es distinta: dos tercios de las personas refugiadas permanecen en países vecinos, y el 73% son acogidas por naciones de ingresos bajos y medios, muchas de ellas con escasos recursos para atender necesidades básicas.

Además, el 60% de los desplazados forzosos no cruzan fronteras internacionales, permaneciendo dentro de su propio país en situaciones de extrema vulnerabilidad. Esta realidad contrasta con la narrativa dominante en los países industrializados, donde el debate migratorio suele centrarse en un supuesto desbordamiento del sistema de asilo.

Retornos en aumento, pero en contextos inseguros

Pese al sombrío panorama, ACNUR destaca como punto positivo un aumento en los retornos a los países de origen. Durante 2024, 9,8 millones de personas regresaron a sus hogares, incluyendo 1,6 millones de refugiados —la cifra más alta en más de 20 años— y 8,2 millones de desplazados internos. Siria encabezó estos retornos, con cerca de 2 millones de personas que decidieron volver tras más de una década de conflicto.

No obstante, muchos de estos regresos ocurrieron en entornos de alta inestabilidad, como en Afganistán, donde las personas retornadas se enfrentaron a condiciones de extrema precariedad. Situaciones similares se vivieron en la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, donde los retornos se dieron en paralelo con nuevos brotes de violencia que generaron más desplazamientos.

Financiación estancada en tiempos de creciente necesidad

Uno de los aspectos más preocupantes del informe es que, mientras las necesidades humanitarias crecen exponencialmente, los recursos disponibles no han seguido el mismo ritmo. La financiación para ACNUR se mantiene a niveles similares a los de 2015, hace una década, pese a que el número de personas desplazadas casi se ha duplicado.

“Cada dólar invertido salva vidas y estabiliza regiones enteras”, insistió Grandi. “Recortar la ayuda en este momento crítico no solo es inhumano, también es contraproducente para la seguridad global”.

ACNUR llama a los gobiernos, donantes y actores internacionales a reforzar el apoyo financiero a los programas humanitarios, que no solo proveen asistencia vital, sino que también permiten procesos de reintegración, reconstrucción y paz en las comunidades afectadas.

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